El 25,95% de los conductores que fueron sometidos a un test de drogas en Euskadi el año pasado había consumido estupefacientes al volante. La Ertzaintza y las policías locales realizaron un total de 7.297 pruebas de drogas en las carreteras vascas, de las cuales 1.894 dieron positivo.

A pesar de que los conductores cada vez están más concienciados de la peligrosidad que supone ponerse al volante bajo los efectos de las drogas, lo cierto es que los datos siguen siendo preocupantes. El consumo de alcohol y drogas, junto a las distracciones al volante (especialmente por el uso indebido del teléfono móvil u otros dispositivos electrónicos) y la velocidad inadecuada son “los tres factores concurrentes en el 70% de los accidentes de tráfico con resultado de persona fallecida en Euskadi”, según señala la directora de Tráfico del Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco, Sonia Díaz de Corcuera.

La droga que más suelen consumir los conductores, la que más veces da positivo en los análisis, tanto en hombres como en mujeres, es el THC, es decir, el cannabis. “Después la cocaína, el MMDA (metanfetamina o éxtasis), la anfetamina y, por último, los opiáceos”, indica la directora de Tráfico del Gobierno Vasco.

Los agentes de la Ertzaintza y de las diferentes policías locales vigilan las carreteras vascas y el comportamiento de sus conductores. Cuando tienen indicios de un posible consumo de drogas al volante, “bien por conducción errática o por una actitud sospechosa”, efectúan estos test de drogas. En 2018 realizaron 7.297 controles de estupefacientes, de los que un total de 6.369 fueron de carácter preventivo, mientras que 581 se llevaron a cabo al detectar algún tipo de infracción y 347 por accidente, lo que supone un 4,7% del total.

De estos 7.297 test, 5.380 dieron negativo, 1.894 tuvieron un resultado positivo y en cinco ocasiones hubo “imposibilidad” de realizarlo, según el Departamento vasco de Seguridad. Además, 18 conductores se negaron a realizarse la prueba.

Esta negativa a someterse al control de drogas, según explica Sonia Díaz de Corcuera, puede constituir una infracción administrativa tipificada en la Ley de Tráfico de carácter grave. En este sentido, el conductor puede ser sancionado con una multa de 500 euros y la pérdida de seis puntos del carné o, incluso, puede ser condenado por un delito tipificado en el artículo 383 del Código Penal con las penas de prisión de seis meses a un año y la privación del derecho a conducir vehículos de motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años.

Los datos de 2018 de los controles de estupefacientes realizados en las carreteras de Euskadi son muy superiores a los de 2017. Así, el año pasado se efectuaron 1.819 más que en 2017, es decir, se incrementaron en un 33,2%. En 2017, de los 5.478 test de drogas que se realizaron, 4.738 fueron de carácter preventivo, 466 por infracciones y 274 por accidente, es decir, un 5% del total. De estas 5.478 pruebas para detectar el consumo de estupefacientes entre los conductores, 4.015 dieron negativo en 2017, 1.439 positivo, en 21 casos el afectado se negó a someterse al control y en tres ocasiones fue imposible realizarlo.

Para tratar de evitar estos comportamientos de riesgo al volante, la Dirección de Tráfico implementa diferentes medidas que tienen como objetivo reducir la accidentalidad en la Comunidad Autónoma Vasca. En este sentido, el año pasado se reforzaron las campañas de control y vigilancia que lleva a cabo la Ertzaintza en colaboración con las policías locales, que pasaron de 37 en 2017 a 40.

Para este año se han previsto un total de 44 controles, cuatro más que los efectuados el año pasado. En estas inspecciones se vigilan aspectos como la velocidad, motocicletas, consumo de alcohol y drogas, condiciones técnicas de los vehículos, transporte escolar, sistemas de retención infantil o uso de dispositivos móviles. “Todo ello dirigido a vigilar diversos factores de riesgo para mejorar la seguridad vial y reducir el número de víctimas por accidentes de tráfico”, defiende la directora de Tráfico de Euskadi.