HONDARRIBIA. Según han informado fuentes del caso, las chicas descubrieron el reptil en una zona de las marismas comprendida entre el mar y un río donde, alarmadas por su aspecto y envergadura de casi un metro de longitud, le sacaron una fotografía con un móvil que posteriormente compararon en internet con imágenes de distintas serpientes.

Al percatarse de su posible peligro, las chicas pusieron los hechos en conocimiento de la Policía Local de la localidad costera que a su vez contactó con el servicio forestal de Gipuzkoa y con la Sociedad de Ciencias Aranzadi, cuyos expertos confirmaron que el reptil que aparecía en la imagen era una víbora de Gabón (Bitis gabonica).

Se trata de la mayor víbora del mundo, que puede llegar a medir cerca de dos metros y que posee unos colmillos que pueden alcanzar los cinco centímetros de longitud por los que inyectan una gran cantidad de veneno que puede resultar muy peligroso, si bien se trata de un reptil "bastante tranquilo" por lo que las mordeduras a humanos no suelen ser habituales.

Las fuentes consultadas han aclarado que con posterioridad las jóvenes prestaron declaración ante la Ertzaintza que comprobó que, efectivamente, la imagen había sido captada con su móvil y que, al igual que la Guardia Municipal, dio credibilidad al testimonio de las chicas.

Tras llevar a cabo todas estas gestiones, sobre las 11.00 horas de este jueves se ha cerrado el acceso peatonal a las marismas de Amute, donde, a lo largo de la jornada, se han dado cita distintos recursos de la Guardia Municipal, la Ertzaintza y Aranzadi.

Uno de estos expertos, el director del departamento de Herpetología de Aranzadi, Carlos Cabido, ha explicado a EFE que las labores de búsqueda podrían prolongarse varios días ya que, aunque la zona en la que presumiblemente podría estar el reptil no es demasiado grande, este tipo de animales, de climas tropicales, no suele estar activo en ambientes más fríos.

A pesar de los rastreos realizados durante toda la jornada, los resultados han sido estériles por lo que los especialistas que se encuentran en el lugar han dispuesto varias trampas para serpientes con el objetivo de intentar atrapar a la víbora fugitiva, que en su medio natural es de hábitos nocturnos, si bien las bajas temperaturas de la noche en Gipuzkoa invitan a pensar que este animal de sangre fría no se moverá mucho.

Las trampas instaladas consisten en unas tejavanas de fribrocemento que durante el día captan el calor del sol y que, cuando baja la temperatura, son buscadas por los reptiles para aprovechar el calor residual que desprenden.

Respecto a la procedencia de la víbora, Carlos Cabildo no tiene duda alguna de que se trata de un ejemplar "ilegal" que, o bien ha sido liberado en el lugar, o se ha escapado de algún terrario, aunque, en su opinión, resulta "improbable" que haya sido puesto en libertad voluntariamente por su dueño, dado que se trata de una especie recogida en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), además de ser potencialmente peligrosa.