EL Día del Juego Responsable llegó a Euskadi en pleno debate sobre si este sector está debidamente regulado y controlado. En las calles proliferan los locales de apuestas y los salones de juego, lo que ha puesto el foco sobre la protección de los menores y los ludópatas. ¿Quién vela para que los sectores más vulnerables no caigan en el juego? Jon Antón es el presidente de Ekintza Aluviz, una asociación sin ánimo de lucro que trabaja desde hace treinta años con el fin de acoger y acompañar a personas afectadas por el juego y a sus familias. Asegura que la ludopatía “es una patata caliente” para las autoridades: “La ludopatía no entró en Sanidad hasta 2014, cuando la incluyeron como enfermedad. Parece que empiezan a moverlo, pero nunca ha habido ninguna ayuda. Hay una Ley del Juego, pero que regula el juego, no regula a las personas afectadas por el juego ni ayudas”. Por el local de Ekintza Aluviz pasaron 750 personas para recibir terapia y apoyo en 2018.

Los miembros de la asociación pueden certificar que la edad media de la persona adicta al juego ha bajado. “De las 246 personas adictas que llegaron en 2018, 86 son menores de 30 años”, explica Antón. “Antes situábamos el perfil en los 40 años. Ha bajado una década, que es muchísimo”.

Parte de la culpa de este fenómeno está en cómo se han multiplicado en los últimos años los salones de juego y los locales de apuestas deportivas. En Euskadi el límite por ley está fijado en 210 salones de juego y ya se ha alcanzado ese número de autorizaciones. En 2018 se abrieron 32. Algo parecido ocurre en cuanto a los locales de apuestas: la CAV marca un máximo de 75 locales por ley y hoy en día están operativos 72.

Para que estos establecimientos trabajen de acuerdo a la normativa vigente, la Ertzaintza cuenta con una unidad especializada que involucra a 34 personas dedicadas a ello 24 horas 365 días al año. Principalmente vigilan dos aspectos: que no funcionen fueran del horario establecido y que se mantenga a los menores de edad lejos del juego. Una instrucción del viceconsejero de Seguridad en 2017 instaba a las unidades de seguridad ciudadana de la Ertzaintza a involucrarse en la tarea de vigilar el acceso de menores al juego, así como a instruir a las policías locales en esa labor.

Según un estudio realizado por la Universidad de Deusto, un tercio de los estudiantes de Secundaria de Euskadi ha tenido contacto con las apuestas deportivas. Esto contrasta con los once únicos expedientes abiertos en 2018 por la Ertzaintza por permitir el juego a menores y los ocho abiertos por permitir la estancia de menores en un local de juego. Aitor Uriarte, director de Juego y Espectáculos del Gobierno vasco, lo explica: “La CAV es competente en el juego presencial y algo del juego on line. Para tener una licencia de juego on line, tienes que tener una licencia de juego presencial. Luego está todo el juego on line de las grandes empresas de apuestas deportivas, que depende del Estado. Hay una ley especifica de 2013 en la que se regula el juego on line. Y, por último, está otro juego on line, el de los juegos con residencia de sus servidores en Malta, Isla de Man o fuera de la suscripción del Estado español. Yo no digo que esos jóvenes no hayan estado en salones de juego, pero muchos de ellos el contacto que tienen es a través del juego on line en su casa. Ahí yo apelo siempre a la concienciación de la propia sociedad y de las familias, que tienen que ser vigilantes en las páginas a las que acceden los menores que hay en su casa”.

peticiones Hace tiempo que Ekintza Aluviz trabajó con el Gobierno vasco para conseguir sus objetivos. Una de sus peticiones es la retirada de las máquinas tragaperras y de apuestas de los bares. “No deben estar ahí”, protesta Jon Antón, “somos el único país que las tienes ahí como si fueran parte de nuestra cultura: una máquina de tabaco, una tragaperras y una máquina de apuestas”.

La segunda petición es extender a salones de juego y locales de apuestas el sistema de autoprohibición que funciona en casinos y bingos: “Pedimos que las máquinas no estén en los bares, que estén en los salones de juego, que pidan el DNI y te puedas autoprohibir. Son peticiones muy lógicas. No queremos que retiren las máquinas, porque el juego es lícito, pero hay que hacer leyes que protejan a todas las personas, no solo al empresario. También a los afectados por el juego”.

¿Cuántas son las personas afectadas por el juego patológico? Un estudio señala que en el Estado en 2015 se daba el 0,3% de prevalencia del juego patológico. “Un estudio que hizo el departamento de Salud en Euskadi daba el 0,6%”, informa Aitor Uriarte. “Comparativamente con otros países estamos en la parta baja de la tabla. Estamos por encima de Noruega, Suecia y Alemania, al mismo nivel que Francia o Australia. No es satisfactorio, me gustaría no estar en la tabla. Es preocupante, porque hay una serie de personas que sufren y habrá que arroparlas de alguna manera, pero también creo que no es una situación de alarma social”.