BILBAO - En lo que llevamos de 2014 en Euskadi vivimos de temporal en temporal con dos alertas rojas en solo un mes. El este de EE.UU. ha tenido temperaturas polares y el oeste del mismo país una tremenda sequía. Reino Unido e Irlanda sufren el invierno más lluvioso con constantes inundaciones. Moscú se queda sin nieve... ¿Qué está pasando?

-Lo que ha ocurrido este invierno es que el aire frío de las zonas polares se ha ido a dos zonas, una al norte de China, que ha tenido una temporada muy, muy fría, y otra a Canadá y al este de Estados Unidos. Además se ha mantenido durante muchísimo tiempo este patrón. Las masas de aire frío del Polo se han quedado ahí y eso ha tenido como consecuencia que la costa este de Estados Unidos haya estado cubierta por la nieve de forma importante y esas masas de aire frío, cuando han ido saliendo por el Atlántico en ese viaje que suelen hacer hacia el este, lo que ha hecho es enfriar muchísimo el mar, por lo que el Atlántico Norte ha estado mucho más frío de lo que suele ser normal y, en cambio, el Atlántico sur ha estado más caliente de lo habitual. Esa variante de temperatura en el mar, unida a esas salidas de aire frío y borrascas que salían al Atlántico, ha generado muchísimas ciclogénesis, masas de aire frío y aire caliente, y masas de agua fría y agua caliente. En esa zona que chocaban se han formado muchísimas ciclogénesis y muchas de ellas de carácter explosivo. Es decir, se han generado grandes borrascas que han ido hacia las zonas de las islas británicas y en ese continuo paso, cuando pasaban cerca de nosotros, lo que ha ocurrido es que primero hemos tenido el paso del viento y, nada más pasar esos vientos fuertes, normalmente del suroeste, ha venido el oleaje del oeste al noroeste. Lo anormal de este invierno ha sido la persistencia de esos fríos tan fuerte y las continuas borrascas.

¿Y por qué ha pasado esto?

-Sinceramente, no lo sé...

Todo esto podría decir que vivimos un cambio de ciclo y que es obra del cambio climático, o es todavía pronto para hacer esa precisión.

-Bien, yo ahora pregunto: ¿no hablábamos el año pasado de cambio climático?

Sí, claro...

-Esto no tiene nada que ver con el cambio climático. Otra cosa es que dentro de veinte años este patrón comience a repetirse porque es un patrón muy anormal. No es habitual la cantidad de borrascas que ha habido en dos meses y con esa profundidad. Si comenzara a repetirse o darse de forma más continúa podríamos pensar otra cosa. Probablemente sea ruido atmosférico. A veces la atmósfera se comporta de una forma y otras de otra. ¿Por qué este año sí y el anterior no? pues no lo sé y tampoco he leído en ningún sitio una explicación.

Es evidente que todo lo que ha sufrido Euskadi en febrero ha sido atípico con temporal tras temporal y luego, en medio, días con temperaturas muy altas. Se supone que ya en marzo el tiempo mejora y enseguida llega la primavera. ¿Se puede decir que el del lunes pasado fue el último temporal?

-Eso no lo sabe nadie. Es muy improbable pero... Sin embargo, a nivel de oleaje no hemos tenido un oleaje excepcional. Hemos tenido un oleaje de forma importante pero sin más. No ha sido excepcional, en ninguno de los nueve casos. Es más, el mayor oleaje de todos ocurrió el pasado 6 de enero y esa situación en Euskalmet la pusimos como naranja. El problema no es solo el oleaje sino que hay muchos factores. Lo que hemos tenido mala suerte este año es que oleajes importantes haya coincidido con mareas muy vivas. Esa coincidencia que hemos tenido ha provocado que sean tan problemáticos, especialmente en dos de ellos.

Por tanto no podemos decir que esto se ha acabado...

-Es verdad que la época de grandes temporales va a menos, pero es pronto para decirlo. Hay un dato. Un 22% de las alertas que lanzamos corresponde al mar, bien por oleaje o por galernas. En líneas generales, junio es el que menos hay y el que más es noviembre. Es decir, los meses que hay más posibilidades de sufrir temporal de mar son noviembre y diciembre y luego enero, febrero y marzo, el resto son residuales. Luego están las galernas que solo se dan en verano. Los grandes por tanto ya deberían haber pasado, aunque este año nos han entrado dos, uno en febrero y otro en marzo...