acabo de volver de Madrid; pasé allí una semana visitando amigos que hice durante los años del doctorado en Estados Unidos: argentinos que estudian e intentan sobrevivir en Zurich, madrileños que trabajan e intentan estudiar en Philadelphia. Visité también a amigos madrileños que conocí el año pasado en Madrid; gente muy linda que también ha vivido fuera. Asturias surgía en todos estos encuentros como el destino veraniego por excelencia; unos viajaban al "agujero tecnológico" de Seroiro, otros a un pueblito costero cerca de Naia, otros (yo) a la más cercana Ribadesella.

Estuve en Asturias por primera vez el año pasado. Antes de partir mi amigo Iñaki me vaticinó un gran verano; según dijo, los vascos se entienden muy bien con los asturianos. Tanto es así que luego de pasar allí varios veranos Iñaki ha desarrollado la siguiente idea: construir un puente colgante que comunique Asturias con Euskadi, saltando por sobre Santander. Pensé entonces que la discriminación ingenieril respondía a un hecho relativamente reciente: alguien (quizás el mismo Iñaki) me había comentado que en Santander "eran todos españolazos del PP". Luego recordé otro hecho explicativo: la rendición del ejército vasco en el año 1937, tras el Pacto de Santoña y la batalla de Santander.

Desconozco el "carácter promedio" de los asturianos; el único asturiano cercano tiene padre y madre vascos, y como solemos decir en Sociología esa variable "ensucia" los datos. Pero Wikipedia no defrauda, y así responde a la búsqueda "estereotipos + asturianos": "amantes de su tierra, bebedores en exceso, orgullosos, pasionales, humildes, de marcada procedencia rural, políticamente izquierdistas, revolucionarios, dinamiteros, varoniles, hospitalarios, hogareños y dados a excesos violentos". No existe una entrada sobre los estereotipos acerca de los vascos en Wikipedia; dejo librada a su buen criterio la búsqueda de semejanzas y diferencias con nuestro pueblo.

Mientras estaba en Madrid recibí un correo de un amigo argentino invitándome a pasar el fin de semana en Pontevedra. El asunto del e-mail leía "vascos, catalanes, asturianos y galegos", y el texto comenzaba así: "¡Salud! Aquí Fisterra. Che, este viernes/sábado tenemos varios eventos hardcore gallegos, de esos a los que el gallego promedio (facha, PPista, bruto/pijo, etc.) no va. ¿Se apuntan? Camas hay". Entre los destinatarios había dos "madrileños": el primero nació en Barcelona, es gent blaugrana y se defiende bastante bien en catalán; la segunda se apellida Naveiras, su padre nació y creció en Asturias aunque es de evidente ascendencia gallega.

La solidaridad o enemistad entre los pueblos del Estado español parece estar basada en estereotipos, como el "asturiano" de Wikipedia o el "gallego promedio" de mi amigo argento-galego. Los estereotipos son creencias generalizadas acerca de determinados grupos sociales; son percepciones simplificadas y estandarizadas, pero varios estudios sociológicos indican que no son necesariamente inmutables o erróneas.

Solemos utilizarlos como atajos para categorizar a las individuos que conocemos poco o desconocemos y orientar nuestras acciones hacia ellos; hace unos años vi en Nueva York una camiseta con la siguiente inscripción: "Stereotypes: real time-savers" (Estereotipos, verdaderos ahorradores de tiempo). Sin embargo, estas investigaciones indican también que la gente tiende a dejar de lado los estereotipos cuando posee información personal de relevancia. Por eso la semana siguiente viajaré a Asturias; para contarles luego sobre las desviaciones estándar observadas con respecto al asturiano promedio.