El PNV se prepara para un cambio de ciclo a partir de la octava Asamblea General que celebra este sábado en Barakaldo. El mundo ha cambiado, y quiere moverse con él. El partido jeltzale ha puesto el termómetro a la sociedad vasca con un diagnóstico elaborado por la Ejecutiva con cincuenta expertos ajenos al partido, y ha identificado unos retos prioritarios que también va a someter al criterio de la sociedad vasca con un proceso de escucha activa.

El PNV va a girar su mirada hacia retos emergentes como la lucha contra el cambio climático, el impulso de la igualdad entre mujeres y hombres, la gestión de la diversidad social, la digitalización y la manera de sostener los servicios en una sociedad envejecida. Estos retos no son inéditos en su acción política, pero van a convertirse en las grandes prioridades de su discurso.

El documento, Diagnóstico del momento para construir el futuro de Euskadi, constata los principales desafíos y recoge la importancia que pueden tener las energías renovables, el hidrógeno verde y el gas como energía de transición; y también una estrategia propia de migración desde Euskadi ante la llegada sostenida de personas que buscan oportunidades. El PNV ha comprobado que estos cambios comenzaron a producirse con la globalización, pero se han acelerado por la pandemia del coronavirus.

Este proceso incipiente ha arrancado el sábado en el BEC, con la presentación de un diagnóstico inicial. Es un documento abierto que, además, se va a someter a un proceso de escucha activa para recibir aportaciones de los vascos y, en paralelo, como otra gran novedad dentro del PNV, se va a poner en marcha una herramienta digital de relación con el partido. El PNV lo ve como una herramienta pionera en el contexto político actual, que supondría ir más allá del contacto con la sociedad a través de los batzokis del que siempre ha presumido.

EL DERECHO A DECIDIR, EUSKERA, CONCIERTO...

Estos desafíos se ponen sobre la mesa sin perder de vista reivindicaciones clásicas como el derecho a decidir, que aparece recogido de manera expresa en este documento para apostar por su ejercicio “regulado y pactado”. El autogobierno se considera importante como herramienta para poder desplegar esta agenda. Se aboga por impulsar el euskera y también la cultura vasca, con especial atención a la producción audiovisual por la ingente cantidad de estímulos que llegan desde ese ámbito hasta la población vasca.

Se apuntan igualmente otras cuestiones que el PNV identifica como sus fortalezas tradicionales, como la promoción económica, donde aboga por exprimir las potencialidades del Concierto Económico con una fiscalidad atractiva (sin que suponga merma en los servicios sociales), y también quiere retener los centros de decisión empresarial de las “entidades tractoras históricas”.

DIRECTRICES DE LA ONU

Las oportunidades de futuro las sitúa el documento en la robótica y la inteligencia artificial. Sobre el cambio climático, el documento aboga por “las energías renovables, principalmente eólica y solar, y los nuevos vectores como el hidrógeno verde, el gas como energía de transición y el desarrollo de combustibles de emisiones netas cero”, “la movilidad sostenible con menores emisiones y que afecta al transporte ferroviario y marítimo, sector de automoción y redes eléctricas” y “la economía circular, incluyendo eficiencia energética, valorización energética de residuos inertes y plásticos, etc.”

Se hace eco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y la Agenda 2030, así como la cumbre de Glasgow, para defender que se reduzcan las emisiones contaminantes. En materia de igualdad, constata la pérdida de talento que supone no incorporar al máximo a la mujer en todas las ramas de la actividad económica, sin brechas salariales, y aboga por un incremento de los Presupuestos institucionales dedicados a conseguir esa plena igualdad.