El líder de Unidas Podemos y todavía vicepresidente segundo del Gobierno español, Pablo Iglesias, protagonizó ayer miércoles una intensa sesión en el Congreso. Tras desvelarse que la ley electoral de la Comunidad de Madrid le obliga a dejar Moncloa y su escaño de diputado antes del próximo miércoles si quiere concurrir a las elecciones del 4 de mayo, ayer echó el resto en su última intervención en la Cámara baja. Hubo espacio para más anuncios sorpresa, para la emoción en su despedida y para atacar sin cuartel a los partidos de la oposición. Así, anunció que su partido iba a presentar una denuncia por cohecho ante la Fiscalía Anticorrupción contra el número dos del PP, Teodoro García Egea, y contra excargos de C's por su actuación durante la moción de censura en la región de Murcia.

"Ya está bien de comprar diputados", proclamó Iglesias en alusión al hecho de que el PP superara la moción de censura tras incorporar a su Gobierno a tres diputados de C's críticos con Inés Arrimadas y negociar con otros tres expulsados de Vox. La denuncia de Unidas Podemos se amplió al presidente de la región de Murcia, Fernando López Miras, el exsenador de C's Fernando Hervías y los tres exdiputados naranjas Isabel Franco, Valle Miguélez y Francisco Álvarez por tejer una "trama de corrupción" para tumbar la moción mediante el "soborno".

En este contexto, Iglesias protagonizó su tradicional enfrentamiento con García Egea en el Congreso, con la particularidad de que el de ayer fue el último. Después de que el popular, el líder de Podemos echó la vista atrás y censuró que "ahora vuelven otra vez a presumir de tamayazos"Don Pablo, ha sido un placer debatir con usted, pero tanta paz lleve como descanso deja", le soltó García Egea como despedida, a lo que el todavía vicepresidente segundo le respondió llamándole "don Teodoro" y agradeciéndole su "inmensa y exquisita cortesía parlamentaria".

Su toma y daca también giró en torno a cuándo se producirá la salida de Iglesias de sus actuales cargos, y este anunció que dejará su acta de diputado antes incluso de dimitir como vicepresidente del Gobierno, algo que tendrá que hacer a más tardar el próximo día 31 de marzo, fecha tope para la presentación de las candidaturas para las elecciones madrileñas. Después de las votaciones en el pleno de hoy en el Congreso, dicha renuncia puede producirse en cualquier momento. "Nosotros no somos como ustedes", espetó al número dos del PP.

Lágrimas de la ministra

Más allá del rifirrafe con la oposición, Pablo Iglesias aprovechó su segundo turno de palabra para rememorar su primera intervención en la tribuna del Congreso hace cinco años, cuando expresó su agradecimiento a esa "generación de españoles que se jugaron la vida para devolverles la democracia arrebatada". "Mis últimas palabras en la tribuna que sean de homenaje a esa generación de españoles", dijo, destacando su papel para acabar con el "fascismo" y traer la "justicia social". "Porque fueron somos, porque somos serán", zanjó.

Tras abandonar la tribuna bajó al hemiciclo y aplaudió a los diputados. Sus compañeros de partido presentes le devolvieron esos aplausos, sobre todo la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, su sucesora en la vicepresidencia del Gobierno, quien se mostró visiblemente emocionada y no pudo contener las lágrimas.

"Mis últimas palabras son para esa generación que se jugó la vida para devolver la democracia"

Secretario general de Podemos

"Don Pablo, ha sido un placer debatir con usted pero tanta paz lleve como descanso deja"

Secretario general del PP