Elkarrekin Podemos-IU volvió a presentar ayer al consejero Azpiazu como un contable obsesionado con la calculadora del déficit. El único partido que llegó a tener una negociación con recorrido con el Gobierno y que terminó rechazando sus cesiones en materia de ayudas para la vivienda y otras materias volvió a exhibir un tono muy crítico. Desde IU, Jon Hernández arrancó el turno de intervención asegurando que los Presupuestos no aprovechan la capacidad del Gobierno y son una renuncia, y vio “propaganda” en los mensajes sobre el gasto social si no se explica que el dinero se utiliza para “sostener la educación privada”. También dudó de la voluntad negociadora del Gobierno. “Este modelo, más que a una trainera, se parece a una galera romana”, lanzó.

La portavoz de la coalición, Miren Gorrotxategi, criticó que los Presupuestos “saldrán igual que entraron, sin cambiar una sola coma, sin hacer más esfuerzos”, y dijo que la piedra angular para Azpiazu son “los objetivos de déficit y los objetivos contables”. Censuró que no haya “publificación de residencias, ni de servicios de salud privatizados, y tampoco se revertirán los recortes en la RGI”.

Desde el PSE, que dirige la consejería de Vivienda con Iñaki Arriola, matizaron a Podemos que una de las prioridades del Gobierno es tal área, y que se ofreció a Podemos un incremento de la prestación complementaria de vivienda hasta 275 euros. Sonia Pérez insistió en que es ampliable, aunque la ruptura del diálogo ha hecho decaer el cambio.