La Guardia Civil dio ayer la sorpresa con la detención de tres exmiembros de ETA acusados de ser los responsables de un antiguo zulo de explosivos descubierto hace un año, pero que llevaba diez años sin utilizarse. El depósito fue encontrado de manera fortuita por un ciudadano en junio de 2019 en Atauri, y en él se hallaron distintos tipos de explosivos, temporizadores, cordón detonante y detonadores. Fuentes próximas a la investigación indicaron a Efe que los detenidos fueron Kepa Arkauz, Ekhiñe Eizagirre e Imanol Jaio. Las detenciones fueron muy criticadas por Sare y EH Bildu, quienes interpretaron lo sucedido como un paso atrás. En el caso de la izquierda abertzale, se vio como una maniobra política del “Estado profundo”. El PSOE está normalizando su relación con este sector político y está padeciendo el estrecho marcaje del PP y determinadas asociaciones de víctimas como Covite, también por el acercamiento de varios presos a cárceles próximas a Euskadi. ETA está ya disuelta y desarmada, al margen de los hallazgos puntuales de algún zulo incontrolado que salen a la luz esporádicamente.Los tres detenidos, según informó el Ministerio del Interior en un comunicado, formaron parte en su día del denominado comando Ezpala de ETA, que estuvo activo entre los años 2008 y 2010, y se integraba dentro del complejo Donosti. Los tres fueron detenidos en la mañana de ayer en Zarautz (Ekhiñe Eizagirre), Arrasate (Kepa Arkauz) e Irun (Imanol Jaio). Los dos primeros son expresos y se les imputa un presunto delito de depósito de armas y explosivos. Jaio fue detenido por pertenencia a organización terrorista, al no haber sido investigado anteriormente por este delito.

La detención en febrero de 2010 del responsable del complejo Donosti Ibai Beobide propició la huida de sus integrantes, dos de los cuales, Eizagirre y Arkauz, fueron arrestados en 2013 en Blois (centro de Francia) y condenados a seis años por asociación de malhechores. Las investigaciones realizadas, dirigidas por el Juzgado Central de Instrucción número 2 y coordinadas por la Fiscalía de la Audiencia, han permitido identificar al grupo responsable de la estructura logística anteriormente mencionada y a sus integrantes. En estas detenciones, como en otras ocasiones anteriores, la Guardia Civil ha contado con la colaboración de la Dirección General de Seguridad francesa. Al cierre de esta edición, la investigación seguía abierta y se apostó por poner a disposición de la autoridad judicial en la Audiencia Nacional a los detenidos.

Críticas

La organización de apoyo a los presos Sare denunció ayer “con dureza” las detenciones ya que, en su opinión, suponen “un paso atrás en el camino de la paz”. Sare dijo en un comunicado que estos arrestos “inaceptables” reflejan el “comportamiento de una justicia anclada en el pasado” y frustran el “deseo de solución expresado en los últimos años por la sociedad vasca, instituciones, agentes, sindicatos y partidos vascos”. “Es hora de dar salida a esta situación, no de crear nuevos nudos, ni de aumentar el sufrimiento”, dijeron. Sare organizó ayer mismo movilizaciones en Zarautz, Arrasate y Abadiño en protesta por lo sucedido. Sare agregó que Eizagirre y Arkauz han cumplido ya la condena impuesta por pertenencia a ETA en cárceles francesas, y Jaio regresó Abadiño en 2017 tras siete años huido.

EH Bildu denunció el “contexto político” en el que se han producido las detenciones con las que, a su juicio, existe una “clara voluntad por parte del Estado profundo de condicionar el debate político y evitar que se produzcan avances en la construcción de la convivencia”. “Estas detenciones son un obstáculo a la convivencia democrática por parte del Estado, que trata de sabotear permanentemente cualquier avance en Euskal Herria”, dijo.