Pedro Sánchez trató de zanjar ayer las contradicciones con sus socios de Unidas Podemos sobre el llamado ingreso mínimo vital tras la reunión del Consejo de Ministros en la que, aunque no se abordó la polémica en profundidad, se descartó ya lanzar la renta mínima puente que defiende el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, que alude a la coyuntura económica en la que a muy corto plazo quedarán sumidos cientos de miles de ciudadanos por la crisis sanitaria. La ministra portavoz del Ejecutivo español, María Jesús Montero, aseguró que habrá que esperar “unos pocos meses” a que “el ministro competente”, José Luis Escrivá, presente un proyecto definitivo, instando al líder morado a coordinarse con él para diseñar el plan que para el titular de Inclusión y Seguridad Social no puede ser puntual. “El ingreso mínimo se hará de forma permanente, es un debate estéril que no tiene recorrido”, señaló Escrivá en Antena 3 respecto a su posición, que deberá incorporar coordinación con las comunidades autónomas y otro tipo de ayudas. “Esperemos que en pocos meses podamos alumbrar esta nueva prestación de la Seguridad Social. No son medidas que se puedan improvisar ni diseñar de un momento para otro porque son prestaciones que han venido para quedarse”, suscribió Montero, tratando de desescalar el nuevo punto de conflicto abierto en el seno del Gobierno de coalición.

El titular de Seguridad Social negó que exista “enfrentamiento ni distintas posiciones” con Iglesias y precisó que la renta mínima es un compromiso de legislatura que requiere “afinar todos los procedimientos”. “Para ello debe pasar por la comisión delegada de asuntos económicos, tener una memoria económica, y por la comisión de subsecretarios, todo un proceso que requiere una serie de garantías y contrastes, y todavía no hemos llegado a ese punto”, aseveró Escrivá. Una postura que no cristaliza con las intenciones de Podemos. “Urge un ingreso mínimo vital puente, y tenemos que llevarlo a cabo lo antes posible para dar seguridad a las familias y para que nadie se quede atrás en nuestro país”, se había pronunciado Iglesias días atrás. El diputado y secretario de organización morado, Alberto Rodríguez, avaló ayer esta tesis más maximalista: “No tenemos mayoría para impulsarlo en solitario, pero empujamos para que las fuerzas políticas entiendan que es urgente y vital para mucha gente”.

Por su parte, y pese a que declinó avanzar fechas para su aprobación, Escrivá insistió en que la prestación “se adelantará considerablemente” y que será “compatible con la búsqueda de trabajo”, para lo que Moncloa buscará los “incentivos de compatibilización”. La renta mínima, según el ministro de Seguridad Social, va a “suplementar las rentas que sean muy bajas hasta ciertos umbrales” y se establecerán en función de los hogares. “Dependerá de las características del hogar, si es monoparental o no y dependiendo del numero de hijos, de forma que con esa prestación podamos terminar con la pobreza extrema que hay en España y sobre todo con la pobreza infantil”, zanjó.

Lo cierto es que en los meses que lleva en el ministerio la renta mínima vital ha pasado a ser una prioridad de su gestión. Escrivá tiene clara la función social que debe cumplir pero mantiene muy presente el control sobre su impacto económico y la manera más eficiente de desplegar una red de seguridad que en los tiempos anteriores al coronavirus estaría destinada a 1,1 millones de hogares, o al menos eso se desprende del informe que firmó el pasado mes de junio como presidente de la AIReF (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal). Los sectores más conservadores creen que la economía española carece de capacidad para soportar este tipo de desembolso.

“Es un compromiso de legislatura y será un ingreso permanente, pero requiere tiempo”

Ministro de Inclusión y Seguridad Social

“Empujamos para que los partidos entiendan que es urgente y vital para mucha gente”

Secretario de Organización de Podemos