BILBAO - Llegó el día D con visos de ser uno más después de que esta tarde (16.30 horas) se celebre en La Moncloa la primera reunión de la mesa de diálogo entre gobiernos para tratar de buscar una salida al conflicto catalán. La delegación del Govern capitaneada por Quim Torra, que incluye fieles a Carles Puigdemont y diputados además de consellers, encara la cumbre con el Ejecutivo de Pedro Sánchez aparcando las rencillas entre JxCat y ERC, y sin que exista un orden del día consensuado entre ambos gabinetes. "La parte catalana va a negociar desde la unidad de acción (...) va en representación del gobierno de Catalunya a negociar la resolución del conflicto político y, por lo tanto, no vamos a hacer dos negociaciones en paralelo", anunció la portavoz de la Generalitat, Meritxell Budó. La comitiva que encabezará el president fundamentará su receta en el ejercicio del derecho de autodeterminación, amnistía para los encausados por el procés y el fin de la represión. Pretende asimismo debatir sobre la figura del mediador y de los presos y exiliados en la mesa de negociación. "Aún no sabemos cuál va a ser la propuesta del Gobierno español", aireó la consellera de Presidència, confiada en que de esta cita salga al menos un calendario.

"Los representantes de la parte catalana no son a propuesta exclusiva del Govern, sino que han surgido también de un trabajo con los partidos y entidades soberanistas del país", defendió Budó después de que JxCat haya reiterado que Moncloa debe reconocer a Puigdemont y al propio Oriol Junqueras. Torra y el vicepresident Pere Aragonès han "querido abrir el abanico de participantes", ya que eso garantiza "máxima pluralidad". "Por parte del Govern hay la máxima voluntad para que este diálogo sea efectivo, esperamos que por parte del Estado haya la misma", zanjó, mientras que desde Madrid confían en "avanzar" en un problema que consideran "heredado". Las expectativas por parte del Ejecutivo de Sánchez se reducen a "superar la incomunicación y favorecer el reencuentro" con "racionalidad y sentido común", pero rechazan apuntar los asuntos concretos a tratar. "El mejor orden del día es sentarnos" porque "las posiciones están en las antípodas", confesó la vicepresidenta Carmen Calvo.

JxCat y ERC han dejado a un lado su distanciamento y la propuesta de resolución de los posconvergentes que pretende restituir al president como diputado del Parlament , ya que no se debatirá en el pleno de la semana que viene y tampoco se espera para el siguiente. Incluso el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, avala ahora la presencia de personas ajenas al Govern. "Lo importante es que esa mesa exista y se aísle del entorno, algo que será muy complicado porque tiene muchísimos enemigos", manifestó el republicano. Mientras tanto, la portavoz de Junts, Laura Borràs, reclamó que se hable de una amnistía para los condenados por el procés porque "hay que solucionar la situación de excepcionalidad". Soluciones que, de haberlas, llevarán su tiempo.