bilbAO - Hay sintonía y avances en la negociación entre el PSOE y ERC, tras la tercera reunión de ayer en Barcelona. Así lo asegura el comunicado conjunto entre ambas formaciones tras el encuentro, que señala que dichos avances son relativos a “la definición de instrumentos para encauzar el conflicto sobre el futuro de Catalunya”.

No son palabras elegidas al azar. El término “conflicto sobre el futuro de Catalunya” es idéntico al que se utilizó en la Declaración de Pedralbes de hace un año, que supuso el canto de cisne del primer intento de diálogo entre la Generalitat y el Ejecutivo de Pedro Sánchez, antes de que este se viera obligado a adelantar las elecciones generales debido en gran parte al fracaso de la negociación con los soberanistas. Ahora, los socialistas acuerdan con ERC volver a esa vía de reconocimiento del conflicto catalán, para intentar así salvar la investidura de su líder y evitar la prolongación del bloqueo político e institucional. Otra novedad es que JxCat también está dispuesta a aportar su grano de arena para destensar la situación, como evidenció retirando la moción de autodeterminación que debía votarse esta semana en el Parlament.

Se intuía que la reunión de ayer en la capital catalana podía suponer un punto de inflexión en las conversaciones -ya el mero hecho de que se celebrara en Barcelona era sintomático de los avances en los dos primeros encuentros- y así fue. Sin embargo, y a pesar de los avances, no hay acuerdo por el momento y las partes se emplazan a seguir reuniéndose, sin fijar fecha. Hay que tener en cuenta que, al contrario que al PSOE, a ERC no le convienen las prisas debido a las fechas marcadas en rojo en el calendario de la próxima semana, en la que podrían resolverse cuestiones como la euroorden de Carles Puigdemont y, sobre todo, el recurso de inmunidad de su líder Oriol Junqueras. ERC ha dejado caer que el acuerdo deberá esperar a enero.

Mientras tanto, el escueto comunicado que hicieron público ayer las partes de la mesa -PSOE, PSC y Esquerra- habla de puntos de acuerdo en aspectos relativos a la “recuperación de derechos sociales, civiles y laborales”, en los que perciben “coincidencias notables”. Fue la conclusión de un encuentro que se prolongó por dos horas y media en la sede del Área Metropolitana de Barcelona, y en el que tomaron parte los mismos equipos negociadores que en las primeras dos ocasiones: José Luis Ábalos, Adriana Lastra y Salvador Illa por parte de los socialistas; y Gabriel Rufián, Marta Vilalta y Josep Maria Jové por parte de los republicanos.

Mientras que en la primera reunión ambos partidos constataron una voluntad mutua de diálogo y en la segunda acordaron los términos “conflicto político” y “solución política” para Catalunya, el encuentro de ayer versó sobre las herramientas para avanzar hacia esa solución. A este respecto, ERC exige una mesa de negociación no solo de partidos, sino en la que también estén representadas la Generalitat y el Gobierno español.

jxcat intenta facilitar Por su parte, ayer se percibió un viraje en los postconvergentes, que si bien hasta el momento se habían mantenido al margen en lo relativo a la negociación de la investidura e incluso habían metido presión a Esquerra para que se uniera al no a Pedro Sánchez, ahora optan por destensar la situación y evitar escenarios que puedan torpedear las conversaciones. En esa línea fue la decisión de Junts per Catalunya de retirar su moción sobre la autodeterminación de Catalunya que debía votarse esta semana en el pleno del Parlament.

De esta manera, la plataforma comandada por Carles Puigdemont y Quim Torra da el beneplácito a la negociación que mantienen ERC y el PSOE y abandona la estrategia del cuanto peor mejor, consciente de que todos pueden salir perdiendo si el fino hilo de diálogo entre el Estado y Catalunya se rompe por algún extremo. Así lo expresó ayer su portavoz en la Cámara catalana, Eduard Pujol, que defendió la disposición de su partido a “facilitar” las conversaciones y reconoció que, de haber mantenido la moción, podría haber sido “malinterpretada” y “utilizada” por los socialistas para “no tener una actitud positiva”.

En esa senda de deshielo de las relaciones, el grupo en el Congreso de JxCat se reunió la semana pasada con representantes socialistas en Madrid y quedaron en mantener una segunda reunión, aunque por el momento los postconvergentes no se mueven ni un ápice y siguen abanderando el rechazo a facilitar cualquier Gobierno en el Estado. Eso no quita para que intenten no complicar en exceso la negociación de sus socios de Esquerra con gestos como el de ayer. “Es una decisión de oportunidad política, de interpretar que en Madrid hay unas negociaciones y que este debate podría generar complejidad o introducir elementos de complicación en este momento de las negociaciones”, insistió Pujol al respecto.

En similar estrategia de no entorpercer se mueve el Govern, cuya portavoz Meritxell Budó mostró “prudencia y distancia” respecto a la negociación, que recordó que está en este momento en manos de los partidos políticos y no de la Generalitat.