BILBAO - Barcelona vivió la cuarta noche consecutiva de graves altercados que, lejos de disminuir, se recrudecieron, con numerosas barricadas y destrozos y un balance de al menos 89 heridos en los enfrentamientos de manifestantes con los Mossos, que por primera vez emplearon la tanqueta de agua.

La violencia empañó las marchas por la libertad que ayer viernes, coincidiendo con la jornada de huelga general, concluyeron en la capital catalana en una masiva manifestación en Paseo de Gracia, de carácter festivo y pacífico, que comenzó sobre las 17.00 horas. A esa misma hora, mucho más temprano que días anteriores, comenzaron ya las primeras expresiones de violencia, ajenas a la masiva manifestación, en Via Laietana, cerca de la Jefatura de la Policía Nacional. Allí se produjeron los primeros choques entre la policía y los concentrados, que comenzaron a montar barricadas con fuegos y lanzaron a la policía pirotecnia, piedras, botellas de vidrio y otros objetos contundentes.

La policía respondió con cargas, hasta que los violentos -varios centenares- se replegaron en la plaza Urquinaona. Allí levantaron nuevas barricadas con fuego y la Policía Nacional respondió arrojando botes de humo, gases lacrimógenos y disparando pelotas de goma contra los manifestantes. La alta intensidad de los disturbios obligó a desplegar por primera vez la tanqueta de agua de los Mossos d’Esquadra, con la que accedieron por Via Laietana para abrir paso a los vehículos policiales entre las barricadas que ocupaban la calzada. Tras el paso de la tanqueta, que no lanzó chorros de agua contra los manifestantes, éstos se dispersaron y montaron nuevas barricadas en diversos puntos de la ciudad, como Plaza Urquinaona, Ronda Sant Pere, Arco de Triunfo, Paseo Lluís Companys o Gran Via. Pasada la medianoche, tras más de siete horas de enfrentamientos, los disturbios bajaron de intensidad, aunque aún podía verse barricadas y destrozos en algunas calles. - Efe