BILBAO - Entre las 370 medidas para un acuerdo programático presentadas ayer por Pedro Sánchez en un documento de 75 páginas no hay una sola mención a Euskadi. En contraste con la situación catalana, a la que dedica un epígrafe de unas dos páginas para poner por escrito que si vuelve a ser presidente del Gobierno no habrá un referéndum de autodeterminación en Catalunya, Sánchez no hace ningún guiño a Euskadi, en vísperas de la reunión que esta tarde, a partir de las seis, tendrá lugar en la sede madrileña del PSOE en Ferraz entre las delegaciones socialista y del PNV, encabezadas por el presidente en funciones y Andoni Ortuzar.

El burukide jeltzale le pondrá sobre la mesa un paquete de reivindicaciones conocidas como agenda vasca. En resumen, el cumplimiento del calendario comprometido entre los Gobiernos español y vasco sobre el traspaso de las competencias pendientes, tal y como viene recogido en el Estatuto de Gernika, así como inversiones sobre todo en infraestructuras. Será el mínimo que tendrá que ofrecer Sánchez si quiere que el PNV pase de la abstención en la investidura fallida del 25 al julio a un voto afirmativo de sus seis diputados en el Congreso.

También pedirá a Sánchez que sea “sensible y respetuoso, no solo con este autogobierno y el actual Estatuto de Gernika, sino con lo que pueda surgir de los trabajos de la Ponencia de Autogobierno del Parlamento Vasco”. Se trataría de facilitar “un Gobierno progresista” que sea “sensible con el autogobierno vasco” pero que también “se anime a hincarle el diente, de una vez por todas, al encaje tanto de Euskadi como de Catalunya en el Estado español”.

No habrá un cheque en blanco de los jeltzales pero si le ofrecerán mano tendida para la negociación. Desde Sabin Etxea avanzaron ayer que trasladarán, en su cita con los representantes de socialistas, que se encuentran “dispuestos a aportar y actuar con responsabilidad” para posibilitar un Gobierno sensible con el autogobierno vasco”.

La formación liderada por Ortuzar quiere evitar a toda costa una repetición electoral y cerrar el paso a la derecha y propiciar que haya un presidente socialista en Moncloa, lo que ayudaría en la relación entre los gobiernos español y vasco, en el que cohabitan el PNV y el PSE. Tampoco pondrá ningún impedimento a un gobierno en el que de una u otra manera participe Podemos.

malestar en el pnv Sin embargo, Ortuzar le trasmitirá a Sánchez su malestar por las formas con las que ha sido tratado el PNV, partido en el que pretende apoyarse en una eventual investidura. En Sabin Etxea no ha gustado que se tuvieran que enterar por la prensa de la fecha para esta reunión y que Moncloa haya esperado hasta el último momento para cerrarla.

Además, no ha sentado nada bien que busque ganarse el favor de los jeltzales en la investidura con un programa de 370 medidas que no ha sido negociado con ellos. También en este caso se han enterado por los medios de comunicación del contenido y el articulado del programa que ofrece Sánchez para desbloquear la investidura. - H. U.