bilbao - El PP se ha estrellado con su propuesta de que Pedro Sánchez dé un paso atrás y abra camino a un candidato de consenso para la investidura. Los socialistas ni se lo plantean, Podemos no tiene interés en ese debate, y Ciudadanos tampoco lo alimenta. El debate ha muerto antes de nacer. Los populares, a pesar de ser los artífices del enredo, no se ofrecen a apoyar al PSOE si presentara otro candidato, sino que han lanzado el globo sonda para que sea otro quien permita la investidura. Pero la ocurrencia ha dado pie a que en algunos círculos de la derecha española se plantee, casi como entretenimiento en medio de este parón veraniego, la posibilidad de que los socialistas postulen al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, con la idea de que C’s permita su investidura. Page forma parte del sector más centralista del PSOE, y ha pactado con el partido naranja en Castilla-La Mancha a cambio de aludir de manera expresa a la posibilidad de aplicar el artículo 155 de la Constitución otra vez en Catalunya si retoma la vía unilateral. Se dio la circunstancia de que, ayer mismo, Ciudadanos se deshizo en elogios hacia Page, asegurando que él jamás hubiera permitido el gobierno de Chivite en Nafarroa con la abstención de Bildu.

Abrió la espita el exalcalde de Guadalajara y senador del PP, Antonio Román, quien planteó en Twitter las opciones de Page o de Josep Borrell, otra bestia negra del independentismo catalán. Si no fuera así, propuso la abstención del PSOE a un candidato del PP y Ciudadanos. Precisamente ayer, el diputado de C’s Marcos de Quinto aseguraba a la cadena Ser que Page es “representativo de la izquierda moderada”, y que no estuvo muy “satisfecho” en su momento cuando tuvo que pactar con Podemos para dar estabilidad a su gobierno. A su juicio, no hubiera hecho lo mismo que Chivite en Nafarroa.

Este asunto no pasa de los fuegos de artificio porque el propio PSOE de Castilla-La Mancha calificó de “absurda y ridícula” la propuesta. Pero, en cierto modo, no da puntada sin hilo, porque Page es un barón de la máxima confianza de Ciudadanos, y el propio partido naranja concretó en el pasado que su veto en la investidura estatal es personal, muy centrado en la figura de Sánchez.

Esas palabras abren la puerta de manera teórica a que puedan respaldar a otro socialista que no sea el secretario general. Pero Ciudadanos no parece muy por la labor y se encuentra en una situación interna compleja, en plena crisis por su cerrazón ante la investidura, y en medio de las presiones de la patronal para que permita gobernar a Sánchez. El pacto PSOE-C’s, que desbordaría la mayoría absoluta con 180 escaños, es la opción preferida de la patronal CEOE. Pero Ciudadanos ha dado por zanjado el debate de la investidura y ha anunciado su paso a la oposición. Ni siquiera contempla la opción de un candidato socialista que no sea Sánchez porque cree que supone alimentar una hipótesis sin visos de plasmarse.

nuevo portazo del psoe La vicepresidenta española en funciones, Carmen Calvo, aseguró ayer que la investidura pasa por dejar gobernar a Sánchez y no por estas propuestas “disparatadas”, Opinó que pretender apartar al “líder mejor valorado y más votado es desvariar mucho en democracia”.