BILBAO - Los nueve presos soberanistas ingresaron de nuevo ayer por la tarde en las cárceles catalanas de Lledoners, Mas d’Enric y Puig de les Basses donde estuvieron internos antes de ser trasladados a Madrid para su juicio en el Tribunal Supremo. Los exconsellers Oriol Junqueras, Raül Romeva, Josep Rull, Jordi Turull y Joaquim Forn, el exlíder de la ANC Jordi Sànchez y el de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, lo hicieron poco después de las 15.00 horas en la prisión de Lledoners de Sant Joan de Vilatorrada; mientras que en la cárcel Mas d’Enric de El Catllar (Tarragona) lo hizo la expresidenta del Parlament Carme Forcadell, que había llegado a Brians procedente de la prisión madrileña de Alcalá-Meco. Por su parte, la exconsellera de Trabajo Dolors Bassa entró en el centro de Puig de les Basses de Figueres (Girona). A su llegada a las cárceles, fueron aclamados por decenas de manifestantes, que los recibieron con esteladas y pancartas con lemas como Lo volveremos a hacer, frase con que cerró Cuixart su intervención en sede judicial.

Quim Torra tachó de “indecencia monumental y una humillación más” el traslado de los presos varones por durar dos días. Los siete salieron ayer a las 9.00 horas de la cárcel de Zuera (Zaragoza) conducidos por la Guardia Civil en dirección a Catalunya, en la última etapa de un traslado que comenzó el lunes por la tarde y que incluyó dos paradas en sendas cárceles para pernoctar. El president, que fue luego a visitarles junto al vicepresident Pere Aragonès, aprovechó la ocasión para reiterar a Pedro Sánchez que aclare cuál es su propuesta para resolver el conflicto catalán. “No lo hemos sabido durante los meses de Gobierno Sánchez y eso que estuvimos negociando para tratar de saber lo que era”, señaló el jefe del Govern, que advirtió de que cualquier propuesta debe “respetar” la voluntad de los catalanes. En este contexto, el líder del PSC, Miquel Iceta, exigió a Torra que lo que sea que quiera llevar a cabo cuando lanza la consigna de “lo volveremos a hacer” transcurra dentro de la legalidad. “Fuera de ella no hay camino, o quizás sí lo hay, pero lleva al desastre”, verbalizó el socialista.

A través de la ventanilla del furgón de los Mossos que lo trasladaba, el exconseller Jordi Turull se dirigió a los concentrados, saludándoles con la mano y haciéndoles un gesto con el pulgar alzado. Una vez en sus respectivos centros, los presos fueron identificados mediante la huella dactilar, se les practicó una revisión médica y tuvieron la opción de llamar por teléfono a sus familiares. Posteriormente, se les destinó a las celdas individuales de los mismos módulos en que ya estuvieron ingresados durante los seis meses previos al inicio de su juicio en el Supremo y el próximo fin de semana podrán recibir las primeras visitas de sus allegados. Todo, a la espera de una sentencia prevista para antes del 16 de octubre.