DONOSTIA. "Muerte en Amara. La violencia del DRIL a la luz de Begoña Urroz" es el sexto informe que publica la entidad dirigida por Florencio Domínguez, resultado de las investigaciones llevadas a cabo en los dos últimos dos años por el historiador Gaizka Fernández Soldevilla y el periodista Manuel Aguilar.

Ambos han buceado en archivos de España y Portugal y, tras rastrear documentación, parte de ella inédita, sobre este grupo antifranquista y antisalazarista autodenominado Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación, han concluido que el DRIL fue el autor del atentado perpetrado en la estación de tren de Amara de Donostia el 27 de junio de 1960 en el que resultó herida de gravedad Begoña Urroz, de 20 meses, quien falleció al día siguiente.

Entre las pruebas que han hallado, se encuentra un ejemplar de el diario El Nacional de Caracas del 29 de junio, en el que DRIL reivindicaba ese y otros atentados cometidos por el grupo los días 26 y 27, que forman parte de una segunda ola de acciones terroristas tras una campaña desarrollada cuatro meses antes, en el mes febrero.

En la primera, hicieron estallar bombas en el Ayuntamiento de Madrid y en la calle Toledo, pero no consiguieron su objetivo con las colocadas en unas oficinas de Iberia y bajo la estatua de Velázquez situada junto al museo del Prado, ya que lograron ser desactivadas. Fueron detenidos dos miembros del DRIL y uno de ellos, Antonio Abad Donoso, ejecutado.

En la segunda oleada, explotó un artefacto en un tren que hacía el trayecto Barcelona-Madrid y otros en las consignas de equipajes de estaciones de Madrid. Barcelona y Bilbao (Atxuri), además de la de Amara, donde Begoña Urroz se encontraba al cuidado de su tía, encargada de ese puesto, quien también resultó herida, al igual que otras cuatro personas.

La pequeña se convertía así en la primera víctima mortal del DRIL, a la que luego se sumó el oficial portugués Joao José do Nascimento Costa cuando este grupo secuestró el 22 de enero de 1961 al trasatlántico portugués Santa María en la isla de Curazao, en el Caribe.

Esas fueron las principales acciones del DRIL, que ese mismo año entró en "proceso de disolución", ha explicado Aguilar, técnico del Fondo Documental de RTVE, que ha trabajado en este informe con Gaizka Fernández Soldevilla, responsable del área de Archivo, Investigación y Documentación del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, y con Juan Avilés, catedrático de Historia Contemporánea de la UNED.

Los autores señalan que hasta 2000 se consideraba al guardia civil José Pardines, asesinado en 1968, como la primera víctima de ETA, pero esa situación cambió después de que el exministro socialista Ernest Lluch, asesinado después por ETA, publicara sendos artículos en prensa en los que apuntaba que, según sus indagaciones, ese lugar le correspondía a la niña Begoña Urroz.

Fernández de Soldevilla y Aguilar creen que una conjunción de falta de conocimiento y la casualidad de que la bomba estallara en Donostia hizo que pareciese factible que ETA estuviese detrás de ese atentado.

A Aguilar no le "cuadró" nunca esa posibilidad, pues entendía que ETA en esa época no tenía la "capacidad operativa" para cometer atentados "de esa magnitud" en distintas ciudades.

"En el año 60 una oleada de bombas de esta calibre era materialmente imposible que fuera realizada por ETA. Y además estaba el antecedente directo, muy similar, de las bombas de febrero de Madrid. Ese fue el germen de la duda y de poner en cuestión esa tesis", ha añadido Aguilar.

Fernández Soldevilla ha aclarado, por su parte, que en el registro del Ministerio del Interior no figura ninguna autoría en el caso del atentado de la pequeña, ni ninguna ley establece que fuera ETA la causante de su muerte.

Ha dicho que, no obstante, ese error en la atribución del crimen permitió que Begoña Urroz fuera reconocida como víctima del terrorismo tras años en el olvido.

En 2010, el Congreso de los Diputados declaró la fecha de su atentado, el 27 de junio, como Día de las Víctimas del Terrorismo. En 2011, se aprobó la Ley de Reconocimiento y protección Integral a las Víctimas, que ampliaba de 1968 al 1 de enero de 1960 el periodo para reconocer a aquellas personas que hubiesen sufrido atentados.

El informe presentado este martes se ha publicado también con el apoyo del departamento de Cultura de la Diputación de Gipuzkoa, cuyo titular en funciones, Denis Itxaso, ha dicho que el asesinato de esta niña "siempre había estado recubierto de cierto velo de incertidumbre y requería una investigación".