Muskiz - Recoger el bastón de mando, aunque no sea por primera vez, es un momento “lleno de emoción, pero también de responsabilidad”, tal y como reconoció el alcalde de Muskiz, Borja Liaño. Ser alcalde “de tu pueblo” es “un honor que afronto con la misma ilusión que el primer día”, admitió el dirigente de Ortuella, Saulo Nebreda. Más si cabe cuando se recibe la makila en un acto “muy emotivo, lleno de gente”, como resumió el mandatario de Trapagaran, Xabier Cuellar. Les quedan ahora por delante 48 meses “de cercanía y trabajo” para que “dentro de cuatro años los vecinos se encuentren un municipio mejor”, prometió Liaño, quien va a ser “el alcalde de todos, no solo de los votantes del PNV. Quiero escuchar todas las necesidades ciudadanas e intentar darles una respuesta rápida”, se comprometió el primer edil muskiztarra. Cuatro años que van a pasar “con las puertas y ventanas bien abiertas”, según la regidora de Abanto-Zierbena, Maite Etxebarria, deseaosa de posibilitar que su municipio “siga avanzando”.

Esta labor “diaria” tendrá prioridades. En Muskiz, las que impulsarán “el empleo, el fin de las desigualdades y el trabajo por y con la juventud y las personas mayores”, adelantó Liaño. Precisamente para ellas, en Trapagaran seguirán luchando para sacar la “espina clavada” que tiene su alcalde: la creación de una residencia para la tercera edad. Esta se ubicará en la antigua Escuela de Aprendices de la Babcock en el barrio de Elguero. - J. Jobajuria