BILBAO - Pablo Iglesias reunió ayer al Consejo Ciudadano Estatal -máximo órgano que engloba a la dirección y a las federaciones- para hacer balance de lo ocurrido en las urnas y analizar las causas del fracaso electoral del 26-M, donde Podemos perdió gran parte de su poder autonómico y municipal. Según Iglesias, la culpa de lo sucedido no es tanto de la Ejecutiva estatal sino de la falta de liderazgos territoriales y la confusión del electorado por las diferentes marcas empleadas por la formación morada.

De cualquier manera, el secretario general de Podemos admitió el batacazo en las urnas y calificó los resultados en las autonómicas y municipales de “muy malos y muy decepcionantes”. No eludió la comparación con las elecciones generales en las que a su juicio su partido obtuvo “un resultado muy por encima de lo que cabía esperar”. Iglesias concluye por tanto que el problema no es de la dirección estatal, sino de la falta de liderazgos en ciertas regiones y las complicaciones en el despliegue territorial, que fijó como la gran tarea a partir de ahora. “En general hemos tenido rendimientos mucho peores en las municipales y autonómicas”, reconoció.

En el cónclave de ayer Pablo Iglesias explicó ante los suyos que tiene la “sensación” de que el papel de los liderazgos en cada municipio y autonomía ha sido vital en los pasados comicios, y puso de ejemplo el “rol muy importante” jugado por algunos de los pocos candidatos que han obtenido resultados positivos, como Jose María González Kichi en Cádiz o Ada Colau en Barcelona. “El resultado de Kichi es espectacular”, remarcó el líder de Podemos. A su juicio, toda la organización deberá abordar desde ahora sus “dificultades” para convertirse en un referente territorial, una tarea que dependerá de ahora en adelante del nuevo secretario de Organización, el diputado canario Alberto Rodríguez, que sustituye a Pablo Echenique.

Otra de las causas a las que el secretario general achacó el resultado negativo fue la diversidad de marcas y nombres empleados por las listas de Podemos en cada territorio. Así, Iglesias cree que a su partido se le ha vuelto en su contra la estrategia de confluencias y plataformas municipales que puso en marcha en 2015 y que en su momento se interpretó como un acierto. “Somos especialistas en tener un nombre diferente en cada territorio”, lamentó el líder morado, que admitió que en cada acto de campaña tenía que preguntar a sus compañeros: “¿Cómo nos llamamos aquí?”. “Si esto nos ha generado confusión a nosotros, creo que es evidente que a muchos ciudadanos también”, criticó.

renovación Aunque Pablo Iglesias no ha mostrado en ningún momento intenciones de reformular el partido o convocar un Vistalegre III, sí ha acometido una profunda renovación de la cúpula, que terminó de conocerse ayer. Al ya sabido relevo de Pablo Echenique por Alberto Rodríguez, se le une la entrada de la diputada Ione Belarra y del líder en Castilla y León Pablo Fernández en la Ejecutiva.

También se incorporan al órgano de dirección la exdiputada Ana Marcello y el secretario general del grupo parlamentario de Unidas Podemos, Txema Guijarro; mientras que salen, como era de esperar, el líder de Más Madrid Iñigo Errejón, la errejonista Auxiliadora Honorato y Pablo Bustinduy, que dejó el partido. La número dos del partido, Irene Montero, seguirá siendo la portavoz parlamentaria mientras que Noelia Vera será la portavoz en solitario de la formación, cargo que antes compartía con Pablo Echenique. Echenique asume ahora la Secretaría de Acción de Gobierno, Acción Institucional y Programa.

Estos cambios propuestos por Pablo Iglesias fueron aprobados con 42 votos a favor, ninguno en contra y 6 abstenciones, en una reunión en la que ningún asistente cuestionó el liderazgo del secretario general.