BILBAO - “Hubo actitudes vinculadas a la 1-O con el consiguiente perjuicio al patrimonio”. A esta afirmación, después de media hora de alegato, llegó ayer la primera perito de Hacienda que citó la Fiscalía, la Abogacía del Estado y Vox en el juicio por el procés que ha entrado ya en la fase pericial una vez acabada la de las testificales. Cuatro peritos de Hacienda explicaron el acuerdo del control de las Cuentas de la Generalitat, con palabras técnicas y un tono más propio de una acusación, bajo un argumentario en el que no constan ni facturas ni recibos que avalen el delito de malversación de fondos.

Una de las peritos remarcó que las facturas son importantes para el IVA y que “permiten a la empresa demostrar la prestación del servicio”, pero restó trascendencia a este hecho y que por esta vía no se pueda demostrar los pagos de la Generalitat. Las cuatro funcionarias de la Administración del Estado sostuvieron que se produce perjuicio desde el momento en que se reconoce la prestación del servicio, lo que ocurrió en los casos analizados como encargos de publicidad, de puesta en marcha de webs o de diseño de cartelería relacionados con el referéndum del 1-O.

“El perjuicio para la Hacienda Pública no es cuando se paga, que es totalmente irrelevante, indiferente y absolutamente inocuo, sino cuando se entiende realizado el gasto, que es el reconocimiento de la obligación o con la prestación del servicio”, recalcó una de las peritas. Es decir, matizó otra técnica, lo importante es si se ha realizado o no el trabajo, “no tanto si se ha emitido o no la factura”.

Como las acusaciones, las funcionarias apuntalan la imputación de malversación debido a los servicios del Diplocat y el supuesto pago de observadores internacionales o las campañas de publicidad que se encargaron a la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals. Asimismo, cuantificaron en al menos 917.648 euros sin IVA los gastos que el Govern comprometió para financiar el proceso independentista y, más en concreto, el referéndum.

Los dos peritos propuestos por la defensa de Jordi Cuixart destacaron que los discursos del líder de Òmnium Cultural siempre fueron “cívicos, pedían serenidad y también participación”.