BILBAO. Dentro del amplio abanico de análisis y reacciones al resultado de las elecciones generales del pasado domingo, Moody’s, una de las tres grandes agencias mundiales de calificación del rating, difundió ayer su diagnóstico haciendo referencia a un aspecto fundamental: la situación en Catalunya. En una valoración de corte netamente económico y con afán reformista, la agencia apeló también al procés, que es objeto actualmente de un juicio en el Tribunal Supremo contra doce líderes independentistas, entre ellos cuatro diputados y un senador electos en los comicios del 28-A. De este modo, considera que la amplia victoria cosechada por el PSOE, que ha pasado de 85 a 123 diputados en el Congreso y que tiene mayoría absoluta en el Senado, es positiva para la situación en Catalunya. Según su escrito, los riesgos políticos derivados de las tensiones con los independentistas catalanes “deberían mantenerse más contenidos dada la postura menos conflictiva del PSOE”.

Con este pronunciamiento, Moody’s contrapone de forma directa la actitud del Gobierno presidido por Pedro Sánchez durante sus nueve meses de mandato con la del PP, con Mariano Rajoy en la Moncloa. Esta última se caracterizó por la judicialización del conflicto, la represión policial del referéndum independentista del 1-O y la aplicación, por primera vez en la historia, del artículo 155 de la Constitución, por el que se suspendió la autonomía de Catalunya. En cambio, los gestos de distensión por parte del gabinete de Sánchez han abundado en estos meses, con su cenit en el pacto de Pedralbes, el acuerdo de mínimos surgido de la reunión que mantuvieron el presidente español y el president de la Generalitat, Quim Torra, el 20 de diciembre en Barcelona.

Todo ello no fue suficiente para acordar el proyecto de presupuestos generales del Estado de este año y los grupos independentistas catalanes en el Congreso no le brindaron su apoyo. Una vez decayó en la votación, Sánchez convocó las elecciones que tuvieron lugar el pasado domingo, en las que ERC también obtuvo un resultado excepcional y pasó de 9 a 15 diputados. La relación ahora mismo está enfocada a la negociación con los distintos grupos para posibilitar de nuevo la investidura del líder socialista como presidente español.

CEOE y Banco Santander

En sus conclusiones, Moody’s también se suma a la ola que aboga por un gobierno de coalición del PSOE y Ciudadanos, tal y como han hecho en los últimos días el Banco Santander y el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. Cree la agencia de calificación que la confluencia de ambos sería la más proclive a poner en marcha las reformas estructurales que, lamenta, llevan años encalladas. Admite, eso sí, que es una opción improbable porque el partido naranja la ha rechazado de forma reiterada. El mismo martes, el presidente de C’s, Albert Rivera, que de hecho estableció un cordón sanitario contra el PSOE, alegó que “han votado los españoles, no la CEOE o un banco”.

Moody’s saluda que la posición del PSOE es ahora “significativamente más fuerte” que en la pasada legislatura, lo que permite un horizonte de mayor estabilidad al Gobierno. Recoge a su vez la voluntad expresada por el gabinete socialista de gobernar en solitario con pactos puntuales, y admite que es una vía factible tal y como sucede, recuerda, en países europeos como Portugal e Irlanda.

Insiste por ello en que el desafío es comprobar si el próximo Ejecutivo español, que según su opinión no se formará hasta después de las elecciones del 26-M, tiene mayoría suficiente para facilitar el avance de las reformas macroeconómicas y fiscales pendientes, y garantizar la sostenibilidad de la economía y del sistema de pensiones.