HOY es el día. No el de los enamorados, que ya podía, como repetía cándidamente El Consorcio en su pegadiza tonadilla. No. Hoy es el día D de decidir. Y las cartas, parece que más que nunca, están claramente sobre la mesa. Resumamos. A 48 horas del cierre de campaña, el PP finalmente desveló su última baza y tendió la mano a Vox para formar gobierno. Porque, parafraseando al presidente de la recién renovada Junta de Andalucía, Moreno Bonilla (PP), “Vox es un melón sin catar, que puede saber bueno o saber a pepino”. De nada sirve el olfato para ver que la ultraderecha huele a las avellanas amargas que, según cuentan los expertos, alertan del cianuro. Pero en la guerra fraticida que PP y Ciudadanos han mantenido para liderar la derecha, las esencias que se esconden en frasco pequeño son un tesoro que hay que cuidar.

Si la oferta de Pablo Casado ha llegado in extremis -forzada, según parece, por el temor a que Vox rebase los 50 diputados-, la de Ciudadanos se conocía allá por febrero cuando le dió un portazo a Sánchez y ha mantenido que no pactará con el PSOE. Una estrategia de Albert Rivera de la que muchos dudan dados sus giros copernicanos en el pasado, como apoyar al PSOE en Andalucía y después al PP, o a Sánchez en 2015 y a Rajoy en 2016. Pero, tras los dos debates electorales, el propio Rivera dinamitó cualquier aroma que le quedara del centro y evidenció su más que disposición a batallar por liderar la derecha española.

Euskadi se juega mucho hoy. Me niego a caer en el mensaje del miedo porque para que las cosas pasen en política se deben recorrer caminos tortuosos, empedrados y no carentes de callejones sin salida. No es lo mismo prometer que poder hacer. Pero Euskadi se juega mucho porque la amenaza de la incuestionable llegada de la ultraderecha y la debilidad ante ella que han mostrado PP y Ciudadanos nos debe preocupar.

El mensaje ha calado, y ese ha sido el triunfo de Abascal. Confío en que los y las ciudadanas depositen sus votos en favor de las mujeres; de la sanidad pública y de calidad; de la educación sin adoctrinamiento; en los derechos que por supuesto tienen los inmigrantes; en la sexualidad libre. Eso es lo que Euskadi se juega en el día de hoy. Vayamos a votar.