bilbao - El Gobierno español ha dado luz verde con carácter definitivo a la transferencia de la AP-68 aprobando un real decreto que borra esta autopista del catálogo de carreteras del Estado, y dando el visto bueno en Consejo de Ministros al pacto para traspasar esta competencia. El acuerdo ya se cerró hace unos días entre los gobiernos vasco y español y estaba hecho, pero aún quedaba este paso, que era puro trámite, pero necesario. El último Consejo de Ministros antes de las elecciones generales de mañana aprobó ayer este real decreto, que será publicado en el Boletín Oficial del Estado y entrará en vigor al día siguiente. Con el traspaso de esta vía de 77,5 kilómetros entre Bilbao y la frontera alavesa con Burgos, la comunidad autónoma pasa a gestionar el 100% de la red de carreteras. Se va a constituir una comisión técnica para realizar una transición ordenada en el plazo de un año. Esta vía es de peaje y la concesionaria Abertis tiene un contrato hasta 2026 que se va a mantener, aunque su interlocutor será el Gobierno vasco y, después, las diputaciones de Bizkaia y Araba, que serán quienes gestionen finalmente la competencia y puedan fijar descuentos.

La portavoz del Gobierno español, Isabel Celaá, recordó en la rueda de prensa que su gabinete pasará a encontrarse en funciones tras las elecciones, de manera que tendrá sus atribuciones muy limitadas. Celaá se refería con carácter genérico a lo que sucederá tras los comicios, sin aludir en concreto a los traspasos en ningún momento. Dijo que el Ejecutivo socialista tendrá que limitarse al “despacho ordinario” de los asuntos, salvo en casos de urgente necesidad debidamente acreditada.

Todas las fuentes consultadas coinciden en que este traspaso será el último hasta que se produzca una nueva sesión de investidura. No hay margen para más antes de las elecciones de mañana y, tras los comicios, Sánchez se encontrará en funciones. Este traspaso era el de mayor relevancia dentro del paquete de cuatro materias que estaban negociando en los últimos días. La campaña y la ofensiva de la derecha española contra los pactos de Sánchez con los nacionalismos vasco y catalán amenazaron la posibilidad de que se pudiera traspasar una sola competencia. El PNV y el lehendakari redoblaron la presión y arrancaron la más relevante. Quedan en el tintero el seguro escolar, los productos farmacéuticos y la gestión de las ayudas a la jubilación en empresas afectadas por ERE. El consejero Erkoreka y la ministra Batet trabajaban sobre un calendario de 33 materias. Se asume que si Sánchez resulta reelegido, dará continuidad a este calendario, pero quedaría probablemente en agua de borrajas si se aliara con C’s.