bilbao - Pedro Sánchez no quiere compartir la Moncloa con nadie, tampoco con Pablo Iglesias, su socio preferente a lo largo de esta legislatura que apura sus últimos látidos. El presidente del Gobierno español y candidato a la reelección por el PSOE ha vuelto a recordar al líder de Podemos que aspira a seguir gobernando en solitario y con apoyos externos de otras formaciones, como ha sucedido en su corto mandato tras la moción de censura. El PSOE cierra así la puerta a Pablo Iglesias, que siempre ha defendido que el próximo Ejecutivo tendría que ser en coalición.

Su aspiración se fundamenta en las encuestas, tal y como señaló ayer en una entrevista a Diario de Sevilla. “Cada partido tiene su táctica, pero lo que se está viendo en los estudios demoscópicos es que el PSOE puede aspirar a gobernar en solitario”, asegura el líder del Partido Socialista. Los cálculos de Ferraz cifran en un número cercano a los 130 diputados para los socialistas, por encima del 30% del total de votos, lo que les hace fuertes ante los pactos postelectorales. Si las urnas confirman esos resultados el 28 de abril supondría un buen colchón frente a cualquiera con el que pueda aliarse para un acuerdo de gobierno -no de investidura-, ya sea Podemos o Ciudadanos, una opción esta que cada día que pasa gana enteros ya que cuenta con el respaldo de una parte no mayoritaria pero sí significativa de la militancia socialista e incluso de un sector del mundo empresarial español.

Sánchez no descarta pactar con la formación de Iglesias o, en su caso, con la de Albert Rivera, pero solo para formar gobierno, sin intenciones de que se sumen al Consejo de Ministros. Frustra así las tentativas de Pablo Iglesias de sentar a algún ministro en dicho foro o, como dijo en su día, de controlar el BOE, el CNI -los servicios de inteligencia-, la secretaría de Comunicación del Estado o incluso la vicepresidencia del Gobierno. Los puestos clave para el control político del Gobierno. Esta misma semana, en el contexto de sus explicaciones sobre la trama de espionaje del excomisario Villarejo y el robo del móvil a un asesora del propio Iglesias, el líder de Podemos volvió a pedir el ministerio del Interior para su partido, ya que de ese modo “controlaría las cloacas del Estado”.

El partido que lidera Iglesias, empero, está de capa caída por la fuga de militantes desencantados al Partido Socialista que saca tajada del efecto Moncloa también por ese flanco. Al menos, a tenor de las encuestas que coinciden en dar a la baja a Podemos, aunque Iglesias sabe que los números serán quienes le darán o quitarán peso en las cuentas de Sánchez. Una mayoría parlamentaria con Podemos y el PNV es la combinación preferida en Ferraz para reeditar su gobierno, aunque también es posible que necesite a los independentistas catalanes.

la opción de ciudadanos Si esta opción no superase el listón de los 175 diputados en el Congreso (la mayoría absoluta para la investidura), entraría Ciudadanos en la quiniela. Ambos partidos ya firmaron un acuerdo de gobierno en 2016 que finalmente no tuvo apoyos sufientes para salir adelante. Rivera ha afirmado que no pactará con Sánchez tras las generales, pero el líder de la formación naranja ha demostrado en los últimos meses una extraordinaria capacidad para prometer una cosa hoy y la contraria unos días después si es rentable electoralmente. En Ferraz no dudan de que Rivera incumpliría su palabra de no hacer presidente a Sánchez a cambio de pisar la moqueta de la Moncloa.