bilbao - PP, Ciudadanos (C’s) y Vox se echarán juntos a la calle este domingo en Madrid para protestar contra la figura del relator, coordinador o notario que el Gobierno de Pedro Sánchez plantea instituir para levantar acta y ordenar los encuentros de la mesa de partidos catalanes. Los tres partidos anunciaron, casi a la vez, que convocan a los españoles para protestar contra la iniciativa del Gobierno para encarrilar el diálogo con Catalunya y sacar al presidente Sánchez de la Moncloa.

Albert Rivera (C’s), primero, y Pablo Casado (PP), poco después, hicieron el llamamiento a manifestarse el domingo a mediodía en la plaza de Colón de la capital española. No tardó mucho Vox en sumarse a la convocatoria su presidente Santiago Abascal. Los tres intentarán capitalizar el descontento de sus bases por la gestión de la causa catalana por parte del presidente Sánchez. Consideran que se ha entregado a los independentistas para que apoyen sus Presupuestos o al menos faciliten su tramitación no presentando enmiendas a la totalidad. La gota que ha colmado el vaso de la derecha ha sido la aceptación del Gobierno español de un relator neutral en la mesa de partidos sobre Catalunya, aunque no plantea esta figura para la mesa bilateral Gobierno-Generalitat.

Ante la polémica creada, la vicepresidenta del Gobierno español, Carmen Calvo, defendió ayer la necesidad de un facilitador del diálogo y se mostró sorprendida por la colérica reacción de los partidos de la oposición. Llegó incluso a afirmar que no veía noticia en la aceptación de una de las muchas condiciones del soberanismo catalán para establecer un cauce de diálogo entre Madrid y Catalunya. Sin embargo, PP y Ciudadanos, y ahora también Vox, no pasan por alto el más mínimo despiste del Gobierno y lo aprovechan para azuzarle y pedirle elecciones. Pero nunca en esta agitada legislatura habían llevado su protesta más allá de las paredes del Parlamento español, los mítines o las ruedas de prensa.

Casado, Rivera y Abascal elevaron mucho el tono de sus arremetidas contra Sánchez y emplearon palabras de trazo muy grueso. El líder del PP dijo que su partido quiere liderar a los “constitucionalistas” ante esta “felonía” del presidente español por aceptar la figura del relator. “No se puede vender España a cambio de un plato de lentejas por seguir en Moncloa”, declaró en un acto en Cuenca, donde no descartó poder usar otros mecanismos parlamentarios que ofrece la Constitución, en alusión a una posible moción de censura.

Acusó a Sánchez de querer “humillar a nuestro país”, y le calificó como “el mayor traidor que tiene nuestra propia legalidad”. También afirmó que “lo que está pasando en la actualidad en España “es lo más grave que ha vivido la democracia española desde el 23-F”.

Por su parte, Rivera, convocó a los españoles a manifestarse el domingo contra las cesiones que, a su juicio, está haciendo Sánchez al independentismo. También reclamó crear un “frente cívico” para “frenar a Sánchez en las calles”.

Acusó a los independentistas catalanes de pretender “modificar la voluntad del pueblo español” al margen del debate parlamentario mientras que Sánchez busca que estas fuerzas políticas le ayuden a aprobar los Presupuestos o a permanecer en la Moncloa hasta 2020. “No tiene escrúpulos y es capaz de cualquier cosa”, incluso de “vender a trozos” el país, y por eso es “un peligro para España”.

Tampoco Abascal quiere perderse la manifestación del domingo y llamó a sus simpatizantes a citarse en la plaza de Colón. “Hay que echar a este Gobierno traidor que está preso de los golpistas”, afirma en un mensaje en redes sociales.

La decisión de la derecha de sacar a la calle la protesta es un salto cualitativo en su escalada de acoso y derribo a Sánchez, que se ha encontrado con un serio problema donde menos se lo esperaba. Ya lo ensayó durante el mandato del presidente José Luis Rodríguez Zapatero con el PP entonces en la oposición liderado por Mariano Rajoy. Las masivas manifestaciones en las calles de Madrid por “el chantaje de ETA” a punto estuvieron de poner en jaque al Gobierno socialista.

La protesta del domingo llega a dos días del inicio del juicio por el procés catalán en el Supremo y en el momento decisivo para los Presupuestos de Sánchez ya que mañana y el miércoles de la próxima semana se verá si termina su recorrido y son devueltos al Gobierno, o por contra superan el trámite de las enmiendas a la totalidad -ERC y PDeCAT deberían no presentarlas, aunque insisten en que lo harán- y dan aire a Sánchez alejando el fantasma de un adelanto electoral al menos hasta otoño de este año.