- El Papa Francisco renunció a viajar a la capital ucraniana, Kiev, tal y como barajaba como señal contra la guerra, ni se reunirá con el patriarca ortodoxo ruso Kirill, a pesar de la “muy buena” relación que mantiene con el patriarca.

El pontífice así lo confirma en una entrevista al periódico La Nación y en la que, preguntado por la razón por la que no llegó a viajar a Ucrania, afirmó que no puede “hacer nada que ponga en riesgo objetivos superiores, que son el fin de la guerra, una tregua o, al menos, un corredor humanitario”. “¿De qué serviría que el Papa fuera a Kiev si la guerra continuara al día siguiente?”, se pregunta.

El pontífice expresa cotidianamente su profunda preocupación por la guerra desatada por la invasión rusa de Ucrania desde el pasado 24 de febrero y para cuyo fin ha propuesto incluso la mediación de la Santa Sede.

Sobre la justificación que suele darse para explicar que Rusia ha decidido invadir Ucrania porque es un país vecino que iba entrar en la OTAN, lo que ponía en peligro la seguridad rusa, el Papa consideró que “toda guerra es anacrónica en este mundo y a esta altura de la civilización”. “Por eso también besé públicamente la bandera de Ucrania. Era un gesto de solidaridad con sus muertos, con sus familias y con los que sufren la emigración”, reveló el pontífice.

En sus mensajes, el Papa nunca pronuncia el nombre del presidente ruso Vladímir Putin ni alude a Rusia por motivos diplomáticos: “Un Papa nunca nombra a un jefe de Estado ni mucho menos a un país, que es superior a su jefe de Estado”, explicó.

Por otro lado, el Vaticano trabajaba en preparar una segunda reunión con el Papa Francisco y el patriarca ortodoxo Kirill, quien ha justificado la invasión de Ucrania y con quien Francisco se vio en 2016 en La Habana, la primera vez que los jefes de ambas iglesias se reunían desde el Gran Cisma del año 1054.

El Papa argentino señaló que su relación con él es “muy buena” y lamentó que “el Vaticano haya tenido que levantar una segunda reunión” con el patriarca, que iba a tener lugar el próximo mes de junio en Jerusalén, territorio neutro para ambos como La Habana.

“Nuestra diplomacia entendió que una reunión de los dos en estos momentos podía prestarse a muchas confusiones. Yo siempre promoví el diálogo interreligioso. Cuando era arzobispo de Buenos Aires junté en un fructífero diálogo a cristianos, judíos y musulmanes. Fue una de las iniciativas de las que me siento más orgulloso. Es la misma política que promuevo en el Vaticano”, indicó.

En cualquier caso, el Papa insistió en que está “dispuesto a hacer de todo” por frenar la guerra pues considera estos conflictos “anacrónicos en este mundo y a esta altura de la civilización”.

Por su parte, la Iglesia rusa declaró ayer que quedará a la espera de otra ocasión, “más favorable”, para la reunión entre el Papa Francisco y el patriarca ruso Kiril, después de que se aplazara la cita que planeaban celebrar en los próximos meses.

“Esperaremos otro momento más favorable para ese acontecimiento. La comunicación reciente entre el papa y el patriarca a través de medios a distancia fue muy cálida y cordial, y ayudó a discutir los asuntos más candentes”, dijo el jefe de relaciones exteriores de la Iglesia rusa Ilarión en un comunicado.

Según la nota, citada por la agencia RIA Nóvosti, la discusión del resto de las cuestiones se dejará “para el futuro”.

Suspende su agenda. El Papa Francisco anuló ayer todos sus actos para someterse a controles médicos que “son necesarios”, según informó el Vaticano. Por esta razón, el pontífice no pudo recibir en audiencia al ministro de Exteriores argentino, Santiago Cafiero, tal como estaba previsto. El pontífice, de 85 años, sufre una lesión en la rodilla derecha que le impide estar mucho tiempo de pie y dificulta su caminar e incluso obligó a modificar algunos ritos durante la Semana Santa.