La OSCE -organización multilateral con sede en Viena- no logró ayer rebajar la tensión entre Ucrania y Rusia, aunque se ofreció como el foro de diálogo en el que los países occidentales y Moscú puedan intentar hallar puntos de encuentro. El ministro de Exteriores de Polonia, Zbigniew Rau, que asumió la presidencia anual de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), propuso revitalizar los contactos en este organismo, en el que participan 57 Estados, para reducir la tensión entre Ucrania y Rusia. La OSCE se creó durante la Guerra Fría justo para fomentar el diálogo entre bloques y es la única organización dedicada a la seguridad en la que Estados Unidos, los países de la Unión Europea y Rusia están sentados a la misma mesa.

Occidente acusa a Rusia de concentrar en las últimas semanas alrededor de 100.000 soldados en la frontera con Ucrania para preparar una posible invasión, una intención negada por Moscú. Ucrania ha protagonizado las conversaciones de esta semana entre Rusia y los países occidentales, pero no estuvo presente ni en las negociaciones en Ginebra entre Washington y Moscú ni en las de Bruselas entre representantes de la OTAN y el Kremlin. Sin embargo, como miembro de la OSCE, sí participó ayer en el encuentro del Consejo Permanente de la organización.

El ministro ucranio de Exteriores, Dmitro Kuleba, destacó el respaldo que recibe su país de la OSCE ante lo que denominó “presión militar y los ultimátums ilegales de Rusia”.

Riesgo de guerra

“No podemos hablar de avance alguno”, reconoció Rau en una rueda de prensa en la que criticó que algunos Estados no participen en un verdadero debate.

Rau advirtió de que Europa afronta el mayor riesgo de guerra en tres décadas y subrayó que durante su presidencia tratará de que la OSCE contribuya a rebajar tensiones entre Rusia y Occidente. Sin embargo, señaló que las garantías de seguridad que demanda Rusia no se pueden obtener a costa de limitar las decisiones soberanas de otros Estados y rechazó de plano la posibilidad de establecer esferas de influencia.

Según indicó Rau, el diálogo debe atenerse al derecho internacional y a los principios de la OSCE, entre ellos la integridad territorial, en lo que pareció una velada crítica a la anexión rusa de la península ucraniana de Crimea.

Garantías de seguridad

Rusia, por su parte, ha solicitado unas garantías de seguridad que incluyen que países vecinos y que fueron repúblicas soviéticas, como Ucrania y Georgia, no sean nunca admitidos en la OTAN, lo que en la práctica supone limitar su soberanía. Moscú argumenta que su despliegue militar en la frontera con Ucrania es una reacción a la creciente y amenazante presencia de la Alianza en lo que considera su esfera de influencia.

El embajador ruso ante la OSCE, Alexander Lukashevich, aseguró ayer que si no se da una respuesta “constructiva” a sus demandas y si continúa “el comportamiento agresivo hacia Rusia”, Moscú tendrá que “tomar las medidas necesarias” para eliminar lo que calificó de “inaceptables amenazas” a su seguridad nacional.