El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció ayer la retirada de todas las tropas de su país de Afganistán y el final de la misión militar del Reino Unido en suelo afgano tras 20 años de participación. En una declaración en la Cámara de los Comunes Johnson aseguró que “todas las tropas británicas asignadas a la misión de la OTAN en Afganistán regresarán ahora a casa” y añadió que a partir de este momento la prioridad será “trabajar con otros socios para preservar los logros alcanzados durante los últimos 20 años”.

“Espero que nadie llegue a la falsa conclusión de que esto supondrá el final del compromiso británico con Afganistán”, indicó el dirigente conservador ante los temores a que la retirada de las tropas extranjeras de ese país derive en un regreso del régimen talibán. “En la mañana después del 11 de septiembre (de 2001, los ataques terroristas contra las Torres Gemelas de Nueva York), pocos habrían predicho que no se producirían más atentados terroristas de esa magnitud organizados desde Afganistán en los siguientes 20 años”, señaló.

Johnson dijo que “esos logros se obtuvieron por la intervención militar liderada por Estados Unidos, gracias a un abrumador apoyo internacional, con tropas procedentes de docenas de países” y consideró que el Reino Unido puede “enorgullecerse” de haber “sido parte de esos esfuerzos desde el principio”.

CASI 500 VÍCTIMAS

Durante estas últimas dos décadas, recordó el jefe del Ejecutivo de Londres, 150.000 miembros de las Fuerzas Armadas británicas han servido en suelo afgano, principalmente en la provincia de Helmand, que desde 2006 se convirtió en “foco” de la operación de los efectivos británicos.

El premier consideró que la intervención -que costó la vida a 457 soldados de este país- termina “en tablas” ante el rápido avance de insurgentes talibanes, que han recuperado territorios en áreas rurales del país, aprovechando la retirada de tropas extranjeras.

Tras repasar los atentados terroristas pasados perpetrados por la organización terrorista Al Qaeda, Johnson declaró que “hoy, afortunadamente, la situación es muy diferente”. “Los campos de entrenamiento han sido destruidos, lo que queda del liderazgo de Al Qaede ya no está en Afganistán y no se han registrado atentados terroristas contra objetivos occidentales organizados desde suelo afgano desde 2001”, destacó.

También recordó que el pasado año Estados Unidos decidió retirar a sus efectivos militares de ese país, y el pasado abril su presidente, Joe Biden, anunció que las tropas norteamericanas se retirarían “para septiembre, como muy tarde”, al tiempo que la OTAN avanzaba el pasado mes que las operaciones militares de la alianza estaban “llegando a su final”. “Como resultado, todas las tropas británicas asignadas a la misión de la OTAN en Afganistán regresarán ahora a casa”, constató Johnson, quien dijo que “por motivos obvios” no se divulgarían detalles concretos acerca de cuándo se efectuaría ese regreso, aunque sí confirmó que “la mayoría de personal británico ya se ha marchado

cONTRAatAQUE AFGANO

En este contexto, las fuerzas de seguridad afganas afirmaron ayer que han despejado por completo Qala-e-Naw, la capital de la provincia occidental de Badghis, después de que los talibanes la invadiesen parcialmente la víspera. “Sí, la ciudad está completamente despejada de la presencia terrorista y ahora no hay combates dentro de ella”, dijo a Efe el portavoz adjunto del Ministerio de Defensa, Fawad Aman.

El centro de la capital provincial cayó el miércoles en manos de los talibanes después de que más de 600 miembros de las fuerzas de seguridad afganas y algunos altos funcionarios de la policía provincial se rindieron a los insurgentes. Durante el contraataque de las fuerzas especiales y los comandos afganos, que comenzó poco después de que los talibanes entraran en Qala-e-Naw, al menos 69 insurgentes murieron y otros 23 resultaron heridos. “Los talibanes sufrieron estas bajas después de que las fuerzas de seguridad y los comandos, junto con el apoyo de la fuerza aérea, atacaran los escondites de los talibanes en varias partes de la ciudad”, indicó el Ministerio de Defensa en un comunicado.

Un portavoz de la formación insurgente, Zabihullah Mujahid, también confirmó a Efe que sus combatientes abandonaron Qala-e-Naw sin oponer resistencia, “después de que ayer entraran brevemente durante una hora”. El plan de ayer no era capturar la capital de Badghis, explicó, sino que los combatientes ingresaron para evitar saqueos después de la retirada de las fuerzas de seguridad.

Sin embargo, los combates entre las fuerzas de seguridad afganas y los talibanes todavía no han cesado en la ciudad, apuntó a Efe el representante de la provincia en la Cámara Baja del Parlamento, Zyauddin Akazoy.

Los ciudadanos de Qala-e-Naw se encuentran en estado de pánico y atrapados dentro de sus casas, y todas las tiendas y negocios permanecen cerrados, dijo Akazoy. “Las fuerzas de seguridad deben lanzar fuertes ofensivas para asegurar la ciudad y devolverla a la normalidad”, zanjó.

Además de en Badghis, en las últimas 24 horas hubo combates en al menos 12 de las 34 provincias afganas. Durante estos enfrentamientos, al menos 107 combatientes talibanes murieron y otros 58 resultaron heridos, según las actualizaciones diarias del Ministerio de Defensa.

El ataque a la capital provincial se produce en un contexto de aumento de la violencia por parte de los talibanes, que han extendido rápidamente su control territorial en buena parte del país desde el inicio de la retirada de las tropas estadounidenses y de la OTAN el pasado 1 de mayo.