Corea del Sur restó importancia ayer al primer ensayo de misiles norcoreano realizado desde que llego Joe Biden al poder, lo que indica que existe una estrategia coordinada entre Seúl y Washington para incentivar aparentemente el diálogo con Pionyang. El lanzamiento se realizó el pasado fin de semana sin que nadie lo anunciara, ni siquiera Pionyang, y la primera información al respecto fue adelantada por medios desde EEUU.

“El ejército de la República de Corea monitorizó la prueba de misiles en tiempo real en cooperación con Estados Unidos tras captar los preparativos”, explicó el Estado Mayor Conjunto sureño. La prueba se produjo “en la mañana (hora local) del domingo 21 de marzo” y se detectó el lanzamiento “de lo que se sospecha que son dos misiles de crucero desde Oncheon” hacia el Mar Amarillo. Las pruebas con misiles de crucero, como la del domingo, no vulneran resoluciones de la ONU, las cuales prohíben a Corea del Norte testar misiles balísticos y armas nucleares.

Estos lanzamientos han sido calificados como “pruebas normales” por parte de un alto funcionario de la Administración estadounidense. Por este motivo, no supondrá un impedimento para retomar la vía diplomática que la Casa Blanca espera establecer para avanzar en el desarme nuclear de la nación.

Corea del Norte no había realizado este tipo de pruebas balísticas desde julio de 2020, cuando lanzó misiles de crucero antibuque frente a su costa oriental