La ONG Human Rights Watch publicó ayer un informe en el que condenó la represión en Bielorrusia. La organización con sede en Nueva York denuncia que algunos de los miles de detenidos en los primeros días de protestas tras la reelección de Alexandr Lukashenko como presidente de Bielorrusia el pasado agosto fueron víctimas de torturas y malos tratos, incluidas palizas y descargas eléctricas, además de un caso de violación. La organización ha entrevistado a 27 antiguos detenidos, 21 hombres y seis mujeres, los cuales fueron detenidos en su mayoría entre el 8 de agosto y el 12 del mismo mes, además de analizar 67 vídeos y declaraciones.

Con esos y otros testimonios, la oposición bielorrusa está elaborando su propio documento para denunciar al presidente Alexandr Lukashenko ante la Corte Penal Internacional. Valeri Tsepkalo, aspirante a la Presidencia de Bielorrusia exiliado tras recibir amenazas, advirtió de que saben que “las crueldades y los asesinatos que han tenido lugar se han perpetrado por orden directa de Lukashenko”. Exembajador de Lukashenko en EE.UU. y en México, Tsepkalo se pasó a la oposición y no pudo inscribir su candidatura presidencial para las elecciones de 9 de agosto pasado porque la autoridad electoral alegó que no había conseguido las 100.000 firmas necesarias.

La EU exige repetir los comicios

El alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, abogó ayer por repetir los comicios presidenciales en Bielorrusia al considerar que las celebradas en agosto fueron fraudulentas y afirmó que la UE aprobará “lo antes posible” sanciones contra los responsables de lo que considera un fraude electoral.

El jefe de la diplomacia comunitaria recordó que los Veintisiete consideran que Alexadr Lukashenko, quien se proclamó ganador de los comicios presidenciales del 9 de agosto con el 80% de los votos, “no es el presidente legítimo” de Bielorrusia y condenaron la “brutal” represión contra quienes han protestado por los resultados. Esas manifestaciones se han saldado con 11.500 manifestantes detenidos y “500 casos de tortura documentados”, apuntó. “La repetición de las elecciones bajo la supervisión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa sería la solución, pero hasta ahora ha sido imposible para nosotros contactar con las autoridades de Bielorrusia”, aseguró.