- Ya han muerto 13 personas y cerca de 500 han resultado heridas durante los dos días consecutivos de protestas en Colombia a raíz del asesinato policial en Bogotá del abogado de 46 años Javier Ordóñez. Los informes forenses al respecto confirmaron ayer que la víctima falleció a causa de las palizas sufridas en comisaría, después de la brutal agresión con pistolas eléctricas que grabó y difundió un ciudadano. La Fiscalía tendría en su poder un segundo vídeo, en el que se capta una escena posterior ocurrida en el interior de las dependencias policiales de Villa Luz, a donde Ordóñez fue conducido. En estas instalaciones habría sufrido varios golpes y, según los investigadores, los impactos recibidos en la cabeza le costaron la vida.

La agitada jornada de ayer comenzó temprano con el primer balance de las autoridades sobre lo ocurrido la noche anterior, en la que murieron nueve jóvenes de entre 17 y 27 años en Bogotá, y tres más en Soacha, ciudad aledaña a la capital colombiana. Además, 101 personas fueron detenidas, 11 de ellas puestas e libertad por ser menores de edad.

A la cifra de muertos notificada en el parte de las autoridades habría que sumar otra más, una mujer atropellada por un autobús público robado por manifestantes, según declararon testigos. Las fuentes apuntan a que quienes se pusieron al volante del vehículo perdieron el control y arrollaron a una mujer ajena a las manifestaciones que estaba regresando a su casa.

La mayoría de las incidencias, incluyendo esta última, tuvieron lugar en Bogotá. Solamente en dicha ciudad, la caótica noche del miércoles, en la que hubo más episodios de violencia por parte de las autoridades, pedreas, incendios de instalaciones policiales y autobuses en varios puntos de la ciudad, hubo 379 heridos, 66 de ellos por disparos. La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, criticó con dureza la respuesta policial a los desórdenes y equiparó el número de heridos por disparos a los resultados de una batalla de guerra. Por ello, López cuestionó el uso indiscriminado de armas de fuego por parte de miembros de la Policía, a quienes pidió “reconocer con humildad” que hubo “un ataque directo a varios ciudadanos”. También se produjeron desórdenes en otras ciudades como Medellín, Cali, Barranquilla, Manizales, Pereira y Cúcuta.

La ola de disturbios recuerda al movimiento Black Lives Matter de Estados Unidos a raíz del asesinato policial del ciudadano negro George Floyd por parte de policías blancos. De hecho, ambos abusos fueron grabados en vídeo por ciudadanos anónimos que presenciaron cómo los agentes permanecieron arrodillados sobre las víctimas mientras estas pedían, “por favor”, que pararan porque se estaban “ahogando”.

Aunque esta vez el motivo de las protestas no sea estrictamente antirracista, el suceso sí que reactiva una serie de reivindicaciones similares a las de EE.UU. Antes del confinamiento debido al coronavirus, Colombia vivía un clima tenso contra el presidente Iván Duque por varios homicidios de indígenas, además de exguerrilleros y líderes sociales. A esto habría que sumarle la denuncia de casos de corrupción, políticas contaminantes y recortes sociales que provocaron huelgas generales en enero.

A todas estas reivindicaciones y la denuncia de la violencia policial tras el asesinato de Ordóñez, esta misma semana se unió el movimiento feminista después de que una joven denunciase haber sido violada por un ginecólogo en una clínica privada de Bogotá.

El presidente de Colombia aseguró que el Gobierno debe tener “tolerancia cero” con quien abusa del uniforme. Por ahora, los presuntos asesinos de Ordóñez han sido suspendidos y arrestados, aunque la oposición acusa al Ejecutivo de alentar la violencia en las calles con duras represiones.

Condena del “vandalismo”. El alto representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, hizo ayer un llamamiento a la “paz” y la “calma” en Colombia, y condenó “cualquier acto de vandalismo y violencia que pretende generar miedo y desorden”. Asimismo, instó al Gobierno de Iván Duque a “investigar” la violencia policial.