Bruselas - La abrumadora mayoría del Partido Conservador en los comicios en el Reino Unido supuso ayer un alivio para la Unión Europea, que temía pasar buena parte del 2020 enfangada en el Brexit y espera ahora una ratificación rápida que permita a los británicos salir del club comunitario el 31 de enero.

Los líderes europeos que participan en la segunda jornada de esta cumbre amanecieron con los resultados de las elecciones en el Reino Unido, muy favorables a los intereses del actual primer ministro, Boris Johnson, que se quita de encima la herencia recibida de Theresa May y su fuerte dependencia de los unionistas norirlandeses en el Parlamento. Con el resultado del jueves, Johnson no se verá siquiera condicionado por las presiones del ala más eurófoba de su partido y previsiblemente podrá lograr el apoyo de la Cámara de los Comunes a su acuerdo con la UE tras más de un año de bloqueo en ese parlamento.

Tanto la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, como su homólogo en el Consejo Europeo, Charles Michel, coincidieron ayer en felicitar a Johnson por su victoria y confiaron en que el Parlamento británico vote “lo antes posible” el acuerdo de retirada que ambas partes sellaron en octubre. “Esperamos que la ratificación del acuerdo de salida haya acabado para enero”, dijo Von der Leyen, que afirmó que la Comisión está preparada para “exprimir” el corto periodo de tiempo disponible para la negociación de la relación futura.

Ambos líderes, que comparecieron juntos ante la prensa tras participar en su primer cumbre europea, afirmaron que en esa fase de las negociaciones que se abrirá a partir de febrero, la de la futura relación entre el Reino Unido y la UE, será clave mantener la llamada “igualdad de condiciones” si se quiere un vínculo lo más próximo posible.

Von der Leyen subrayó que la Unión Europea aspira a una relación comercial “sin aranceles, cuotas o competencia desleal” y que hay aspectos, como la cooperación en materia de seguridad, en la que “ya existen vínculos muy fiables” y solo habrá que trabajar en reforzar ese lazo, no construirlo de cero.

Esta nueva negociación estaba inicialmente prevista que durase casi dos años, desde la fecha original del Brexit en marzo de 2019 hasta el final del periodo de transición en diciembre de 2020, pero los consecutivos retrasos de la salida efectiva del Reino Unido no han pospuesto a su vez el final del periodo de transición, que se mantiene para el 31 de diciembre del próximo año. Así las cosas, si el Reino Unido sale el 31 de enero de la UE, los negociadores solo tendrán once meses para diseñar los términos de la nueva relación entre ambas partes, en unas conversaciones que se prevén complejas.

En principio, Johnson se niega a pedir una extensión del periodo de transición, aunque Von der Leyen advirtió ayer de que el corto periodo de tiempo previsto es “un reto”.

“Enfrentamos el reto de que tenemos poco tiempo. Tenemos once meses para negociar no solo un acuerdo de libre comercio, sino también la educación, el transporte, la pesca... hay muchos otros temas en esa negociación”, explicó.

La Comisión ya trabaja en el borrador de sus guías para la negociación al que tienen que dar visto bueno los Estados miembros con vistas a que esté preparado para el mismo 1 de febrero, aunque reconoció que en las negociaciones “habrá que priorizar” los asuntos más urgentes. - Efe