Bruselas - Las instituciones comunitarias se han unido para sacar músculo ante una decisión que puede marcar el presente y futuro de la Unión Europea. Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión, Ursula von der Leyen, futura presidenta del Ejecutivo comunitario, y David Sassoli, presidente del Parlamento, han enviado una carta conjunta a las capitales europeas con un mensaje claro: “El momento de abrir las conversaciones de adhesión con Albania y Macedonia del Norte es ahora”.

La decisión, que precisa de la unanimidad de los Veintiocho, debería haber sido rubricada el pasado junio. Pero el recelo de varios países, principalmente Francia, Países Bajos y Dinamarca, enfrió las esperanzas. Los ministros de Asuntos Generales lo aplazaron para este octubre.

Las instituciones europeas alegan en la carta que este paso es una recompensa a las reformas que los países han llevado a cabo a petición de la UE y un reconocimiento a Macedonia del Norte por su paz con Grecia tras 30 años de disputa. “Nuestro mundo está cambiando de forma muy rápida. Si la UE quiere defender su papel internacional y proteger sus intereses, dar un paso al frente en la integración de estos países europeos que han cumplido sus compromisos para comenzar el proceso de adhesión, ayudará a este objetivo (?) Es un examen sobre la capacidad de la Unión de cumplir sus promesas y mirar al futuro”, reza la misiva conjunta.

Pero algunas capitales, principalmente París y Ámsterdam, quieren guardarse las espaldas de cara al futuro próximo. Macron y Rutte consideran que es momento de ordenar la casa primero. Estabilizar una UE que ha sobrevivido a base de crisis durante los últimos años. El Bundestag alemán tampoco mostró sus reservas.

Para más gasolina, la deriva de varios países del Este hace temer a la UE la entrada de Estados más débiles y vulnerables que podrían crear problemas internos en el futuro. “Nuestro interés y responsabilidad es anclar los países de los Balcanes a la UE sin que desafíen nuestra unidad”, señaló Macron en la cumbre europea sobre los Balcanes Occidentales el año pasado.

Para calmar estos ánimos, la carta advierte de que la adhesión no “será de la noche a la mañana”. “No hay una garantía de éxito. Hay por delante mucho trabajo dura y reformas. La incorporación no se producirá de la noche a la mañana y ambos países son conscientes de ello”, reza el escrito. Los Estados miembros más escépticos temen que una potencial deriva en la separación de poderes, las altas tasas de criminalidad y delincuencia o los problemas fronterizos de los Balcanes Occidentales terminen afectando a la estabilidad del bloque comunitario. - M. G. Zornoza