Londres - El líder laborista, Jeremy Corbyn, resta importancia a las supuestas discrepancias internas de su partido. En la segunda jornada del congreso anual del grupo, celebrada ayer en Brighton, mantuvo la ambigüedad en su postura ante el brexit.

En una entrevista a la cadena BBC, el veterano político, de 70 años, fue preguntado por el anuncio de que Andrew Fisher, el responsable de política del partido y uno de sus más cercanos colaboradores, dejará ese puesto a finales de año, aduciendo motivos familiares. En cambio el dominical The Sunday Times aseguraba ayer que el motivo real de la marcha de Fisher es su convicción de que Corbyn no puede ganar las próximas elecciones y que la oficina del líder del laborismo “carece de profesionalidad, competencia y decencia humana”.

Quitando hierro al asunto, el dirigente laborista admitió que su ayudante había expresado “preocupación” sobre la dirección del partido, si bien agregó que era un tema que ya habían abordado “extensamente”.

Los comienzos del congreso de este año quedaron también salpicados por el intento del grupo de izquierdas afín a Corbyn Momentum de derrocar a Tom Watson, el número dos del laborismo, presentando una moción el pasado viernes ante el Consejo Ejecutivo Nacional a fin de abolir ese cargo.

Aunque Corbyn paralizó la votación y aseguró que desconocía la existencia de esa “moción en particular”, el paso generó un sinfín de críticas de diputados laboristas que opinaron que contravenía los valores del grupo. Para el dirigente del partido se trata ya de un asunto zanjado y afirma que no tiene ningún problema con Watson.

Por su parte, durante una marcha enmarcada en los diferentes eventos del congreso, Watson consideró ayer que el laborismo ha de liderar la campaña por la permanencia en la Unión Europea en un segundo referendo. “Somos un partido pro permanencia. Somos un partido europeo. Somos un partido internacionalista. Pero estamos abrumadoramente comprometidos a que el Reino Unido siga dentro de Europa”, declaró.

Mientras que la mayor parte de seguidores laboristas querían que el país continuara siendo parte del bloque comunitario, Jeremy Corbyn defiende que debe respetarse el resultado del referendo europeo de 2016 y hacerlo entendiendo por qué los ciudadanos se decantaron por esa opción. Si llega al poder, pretende negociar un nuevo acuerdo de brexit en un plazo de tres meses, que sometería a un referendo y que incluiría la opción de la permanencia en la UE. No obstante, pese a los muchos llamamientos para que se posicione sin ambigüedad sobre el divorcio de los 27, la actitud del líder laborista continúa sin estar definida. “Por favor, recuerden por qué los ciudadanos votaron a favor de la salida, por qué la gente votó por la permanencia, pero también recuerden que es más lo que une a todas estas personas, con relación a la austeridad, temas de inversión, educación, vivienda, sanidad, una revolución industrial verde, que lo que los divide”, observó.

Sobre este punto, el líder del laborismo en Escocia, Richard Leonard, pidió a Corbyn “mucha mayor claridad” en su planteamiento sobre sus próximos pasos ante el brexit.