El embajador británico en EE.UU., Kim Darroch, decidió dimitir al concluir que su posición era insostenible tras ver cómo en el debate sobre el liderazgo conservador, el claro favorito a ser el nuevo primer ministro británico, Boris Johnson, no llegó a respaldarlo.

En la carta de dimisión enviada a la Oficina de Asuntos Exteriores en Londres, Darroch dio así por concluida la polémica trasatlántica tras la filtración de informes clasificados con sus palabras hablando de una Casa Blanca “incompetente, inepta e insegura”.

Si bien tales evaluaciones personales son rutinarias en las comunicaciones diplomáticas seguras, Trump respondió con furia en varios tuits, llamándolo sin tapujos “chiflado”. “No es alguien con quien estemos encantados, es un tipo muy estúpido”.

La polémica se intensificó más cuando el responsable de Exteriores británico y candidato a suceder a Theresa May, Jeremy Hunt, respondió llamando al lenguaje del presidente Trump como “irrespetuoso e incorrecto”.

En la carta de dimisión dirigida a Simon McDonald, el funcionario de más alto rango en la Oficina de Asuntos Exteriores británica, el ya exembajador apuntó a que desde la filtración de documentos oficiales de su Embajada, ha habido mucha especulación en torno a su puesto y la duración de su mandato, que tenía previsto concluir a finales de año con su retirada, pero finalmente quiso “poner fin a esa especulación”, ya que la situación actual le estaba haciendo imposible desempeñar su papel como le gustaría.

En respuesta al escrito, McDonald lamentó que Darroch había sido objeto de “una filtración maliciosa” y expresó gratitud por su trabajo. “Eres el mejor de nosotros”, dijo al Embajador en Washington. McDonald también ensalzó cómo el diplomático, con más de 40 años de experiencia, se ha comportado en los difíciles últimos días, como siempre lo ha hecho durante “una carrera larga y distinguida, con dignidad, profesionalismo y clase”.

Horas después, Theresa May abordó en la sesión de preguntas a la primera ministra en el parlamento británico la dimisión del respetado diplomático y reprochó con unas palabras que apuntaban directamente a Johnson de cómo la totalidad de su Gobierno había salido dando su apoyo total al embajador pero que el candidato a hacerse con el liderazgo conservador y amigo personal de Trump no.

“Siento con gran pesar que Darroch haya sentido que era necesario dejar su puesto”, explicó May. De hecho, la líder conservadora en funciones señaló directamente a Johnson y no dudó en hacer una reflexión en la Cámara de los Comunes sobre la importancia de defender que los funcionarios públicos “puedan dar consejos completos y francos”, especialmente, cuando los valores y principios británicos “están bajo presión”.

Presión a Johnson La decisión de Darroch y las palabras de May ponen presión sobre Johnson, quien fue criticado por algunos conservadores por negarse a darle su apoyo públicamente a Darroch, incluso cuando su rival, Jeremy Hunt, apuntó a que esperaba que el embajador permaneciera en el cargo hasta su planeado retiro. Ese fue el caso de Alan Duncan, un responsable de la Oficina de Asuntos Exteriores, quien criticó a Johnson por arrojar a Darroch “debajo del autobús para servir sus propios intereses personales” y lo acusó de “negligencia despreciable”.