Bruselas- Dos semanas después de los comicios europeos, las alianzas siguen forjándose en el hemiciclo y los partidos que todavía no tienen familia política ya están jugando sus cartas. Formar parte de un grupo es esencial para evitar el aislamiento, conseguir mayor financiación y, sobre todo, evitar la irrelevancia política. Las reglas son muy sencillas. Para conformarse, un grupo debe constar de 25 eurodiputados como mínimo, elegidos en al menos una cuarta parte de los Estados miembros, es decir, siete.

Pero, ¿cómo se presentan las próximas negociaciones para los partidos huérfanos de familia política?

El Partido el Brexit, de Nigel Farage, logró la victoria en las elecciones europeas del Reino Unido, consiguiendo 29 escaños. En un principio, el líder euroescéptico rechazó la oferta de Matteo Salvini y Marine Le Pen para formar parte del nuevo grupo ultra que se fragua en el Parlamento. Durante la campaña, Salvini reconoció que estaba “esperando a que el Partido Brexit se una a su batalla contra Bruselas”, sin embargo, Farage tenía sus propios planes.

El británico declaró su intención de reconstruir su actual grupo, Europa de la Libertad y de la Democracia Directa (EFDD), repitiendo como primera fuerza del mismo. El problema es que en estos comicios ELDD ha perdido a la mayoría de sus miembros ya que los eurodiputados del partido francés Los Patriotas, del lituano Orden y Justicia, del checo Svobodín o del polaco KORWiN, no han sido reelegidos.

Tan solo el Partido del Brexit, el Movimiento 5 estrellas de Italia (M5S) y Alternativa para Alemania (AfD) han logrado representación en EFDD, y mientras que el segundo está buscando una nueva familia -sin mucho éxito-, el tercero apuesta por la alianza con Salvini. Ante este panorama, Farage podría verse forzado a abrazar el nuevo grupo ultra y perder así el protagonismo al que aspiraba.

Por su parte, a pesar de haber obtenido 14 escaños, el M5S, liderado por Luigi Di Maio, podría quedarse sin familia europea en la siguiente legislatura. Tras haber llamado a la puerta de los Verdes y haber sido rechazado, el partido italiano sigue a la deriva y podría no tener más alternativa que quedarse en el grupo euroescéptico de Europa de la Libertad y de la Democracia Directa (EFDD) de la mano de Farage (Partido del Brexit).

Gobernar en coalición con la extrema derecha tiene un precio, y es que las familias progresistas en Europa no contemplan incluir al M5S entre sus filas, a pesar de que ideológicamente las distancias son salvables. La cosa no queda aquí, es posible que el partido ni siquiera pueda contentarse con mantenerse dentro de la EFDD como ya hizo en 2014, puesto que actualmente el grupo no reuniría los miembros necesarios para poder conformarse como tal, ya que no cuenta con representantes de siete Estados miembros. De ser así, las consecuencias podrían ser fatales para el M5S, que quedaría condenado a la irrelevancia política dentro de la UE en los próximo cinco años.

Vox fija la mirada en los Conservadores tras haber irrumpido en Parlamento con tres eurodiputados, pero la formación ultra todavía no tiene familia en Bruselas y Estrasburgo. Si bien se llegó a especular sobre su posible adhesión al nuevo grupo de extrema derecha de Salvini y Le Pen, todo apunta a que la formación española podría decantarse finalmente por los Conservadores y Reformistas.