El presidente estadounidense, Donald Trump, comenzó ayer su polémica visita de Estado de tres días a Reino Unido con un encuentro con la Reina Isabel II en el palacio de Buckingham, mientras la mayoría de las calles en los alrededores estaban cortadas al tráfico por seguridad. Trump aterrizó en el Air Force One junto a su mujer, Melania, y el resto de la familia en el aeropuerto de Stansted y desde ahí fueron trasladados en el helicóptero Marine One, a la residencia del embajador estadounidense en la capital británica.

El dignatario estadounidense hizo también en helicóptero el viaje a Buckingham para asistir a una ceremonia con la Familia Real británica. Trump tiene un afecto especial por la Reina, a la que le ofreció la mejor de sus sonrisas, pero sin darle uno de sus comentados apretones de manos a los que acostumbra a dar a otros políticos.

A su llegada, Trump y Melania fueron recibidos por el príncipe Carlos y su esposa Camila, mientras desde Green Park y Hyde Park 41 salvas de cañón celebraban la visita del jefe de estado del país aliado más importante para el Reino Unido en nombre de “sus relaciones especiales” y los “intereses del estado”.

Trump combina la visita de Estado con una excursión familiar, a la que no faltan su hija, Ivanka, y su esposo y consejero presidencial, Jared Kushner. También sus otros dos hijos Donald Jr, Eric y su hija Tiffany, quienes fueron vistos en las ventanas de palacio. Como es habitual, entre los regalos que se intercambiaron, la Reina le dio una primera edición de La Segunda Guerra Mundial, de Winston Churchill, y un juego de pluma de tres piezas con la clave real. Trump se convirtió así en el tercer presidente de los Estados Unidos honrado con una visita de Estado, lejos del público y de las protestas. Las preocupaciones de seguridad implicaron que no hubo un viaje en carruaje y, por lo tanto, no hubo riesgo de que se repitiera la bienvenida otorgada al presidente de China, Xi Jinping, quien tuvo que lidiar con protestas masivas.

Eso no quita que se esperen a más de 250.000 manifestantes en las calles de Londres en protestas contra Trump hoy, cuando se espera que el bebé gigante con el que los manifestantes le hacen burla aparezca una vez más. Además, el líder laborista, Jeremy Corbyn, anunció que se reunirá con los manifestantes en Londres: “La protesta contra la visita de Estado de Donald Trump es una oportunidad para solidarizarse con todos a quienes ha atacado el presidente de Estados Unidos, en todo el mundo y en nuestro propio país, incluso a Sadiq Khan (alcalde de Londres)”. El presidente pareció usar el poco tiempo libre de la visita de Estado en la residencia del embajador de Estados Unidos donde se hospeda para disfrutar de su pasatiempo favorito, desahogar su ira en Twitter con los temas de siempre: las “noticias falsas”, China y la emisora estadounidense CNN. De hecho, uno de ellos decía así: “Acabo de llegar al Reino Unido. El único problema es que la CNN es la principal fuente de noticias disponible en los Estados Unidos”.

Ni Corbyn ni Cable irán a la cena En su anterior visita, llamada “visita de trabajo”, Trump tomó el té con la Reina. Pero ahora tendrá una cena de Estado con alrededor de 170 invitados, con vínculos culturales, diplomáticos y económicos británicos con Estados Unidos. A ellos, se sumarán los de Cambridge, pero el líder laborista, Jeremy Corbyn, y el líder liberaldemócrata, Vince Cable, declinaron la invitación.

Trump se reunía ayer con los ejecutivos de Barclays y el fabricante de medicamentos británico GlaxoSmithKline en un desayuno con líderes empresariales de alto nivel de diversos sectores, incluidos defensa, banca y productos farmacéuticos. Se espera que la reunión se centre en la importancia de la colaboración entre empresas de ambos lados del Atlántico.

La primera ministra, Theresa May, no mantendrá conversaciones privadas con Trump durante la visita, pero Downing Street ha negado que la Casa Blanca haya suspendido una reunión. Lo que sí ha trascendido es que al menos un ministro del gabinete se unirá a una delegación. El portavoz del la primera ministra rechazó una noticia publicada por la BBC, que apuntaba a que la Casa Blanca eliminó una reunión entre ambos del programa, insistiendo en que no había “nada inusual” en la configuración.

Antes de comenzar la visita, el presidente estadounidense dio su opinión sobre el Brexit, al recomendar a Reino Unido que se vaya de UE sin acuerdo: “Si no consiguen lo que quieren, me iría” y subrayando que si fuera el presidente de Reino Unido “no pagaría 50.000 millones de libras” por el presupuesto plurianual europeo en curso (2014-2020). Además, Trump usó otra entrevista para afirmar que el exministro de Asuntos Exteriores Boris Johnson sería “un excelente” sustituto de May.