Londres - Un centenar de diputados “moderados” del Partido Conservador británico podrían votar en el Parlamento contra la línea oficial del Gobierno de la primera ministra, Theresa May, para evitar un Brexit sin acuerdo, informaba ayer The Daily Telegraph. El diario dice que los miembros del llamado Grupo de cumplimiento del Brexit, una facción de los tories que en general respalda a la jefa del Ejecutivo, podría rebelarse en la votación prevista para el 27 de febrero a fin de detener una retirada sin pacto.

Varios ministros podrían sumarse igualmente a esta iniciativa si el Reino Unido se ve abocado a una salida abrupta de la Unión Europea (UE) el 29 de marzo, apunta el rotativo.

Los diputados descontentos han escrito al jefe de disciplina del partido, Julian Smith, para pedirle que conceda libertad de voto el próximo miércoles, para que, si May no propone un pacto de Brexit viable, puedan apoyar una enmienda multipartita dirigida a retrasar la marcha de la Unión Europea.

Si no tienen esa libertad de voto, tendrían que rebelarse votando en contra de la disciplina oficial.

En la misiva, los cabecillas del Grupo, Simon Hart y Andrew Percy, explican que temen que el pacto mejorado que la dirigente eventualmente plantee ante la Cámara de los Comunes vuelva a ser derrotado por el rechazo de los tories euroescépticos, lo que incrementaría la posibilidad de una salida no negociada.

Los parlamentarios anticipan que los cambios que pueda lograr May de Bruselas “no satisfarán” las exigentes demandas del sector duro del partido, agrupado en el llamado Grupo de investigaciones europeas.

Estos euroescépticos desean una separación completa de la UE y quieren mantener abierta la opción de una salida sin acuerdo. “Numerosos miembros de nuestro grupo nos han alertado de que, si una derrota del acuerdo parece probable, respaldarán las enmiendas” destinadas a retrasar el Brexit y descartar una separación no pactada, escriben los moderados. May se ha comprometido a someter a votación el 27 de febrero bien un acuerdo de retirada de la UE mejorado o, en su defecto, una moción para determinar los próximos pasos. La líder conservadora mantienen sus contactos con Bruselas para tratar de cambiar la salvaguarda para evitar una frontera en la isla de Irlanda tras el Brexit, principal escollo para la aprobación de su tratado.

último intento con Barnier Está previsto además que, antes de la votación del miércoles, el ministro para la salida de la UE, Stephen Barclay, y el abogado del Estado, Geoffrey Cox, vuelvan a reunirse con el negociador jefe comunitario, Michel Barnier, a fin de consensuar cambios que permitan que el acuerdo sea aprobado en los Comunes.

Por otro lado, el diputado laborista británico Ian Austin se convertía ayer en el noveno en dejar ese partido por desacuerdos con el líder, Jeremy Corbyn, en particular su gestión de los casos internos de antisemitismo y el giro a la izquierda que ha dado a la formación. En una entrevista con el periódico local Express & Star, el diputado por Dudley North (centro inglés) indica no obstante que no tiene intención de unirse al Grupo Independiente en la Cámara de los Comunes, formado recientemente por otros ocho diputados que han abandonado el Partido Laborista y tres del Partido Conservador.

Estos disidentes han abandonado sus respectivas formaciones en los últimos días, algunos por el controvertido asunto del antisemitismo y otros por la posición de sus líderes durante el proceso para la salida de la Unión Europea. Al justificar su marcha, Austin señaló que se ha sentido “disgustado” por “la cultura de extremismo, antisemitismo e intolerancia” que, en su opinión, se ha apoderado del principal partido de la oposición bajo el liderazgo del veterano político socialdemócrata Jeremy Corbyn.

“La izquierda dura domina ahora el partido, se están deshaciendo de decenas de diputados moderados que ganaron elecciones y cambiaron el país a mejor”, sostuvo el diputado díscolo. - Efe