as disputas eran constantes entre ambas. Se llevaba tan mal con su madre que había decidido poner fin a su vida, fijando para ello fecha y lugar: lunes, 14 de diciembre, en el domicilio familiar del barrio donostiarra de Egia. Era el escenario previsto, pero necesitaba un cómplice.

Para ejecutar el macabro plan trató de convencer a su novio, que en un principio se mostró renuente hasta que acabó por ceder al deseo de su pareja sentimental.

Según indican fuentes policiales, es así como se perpetró la agresión con arma blanca de la que fue víctima una mujer en Donostia el lunes por la noche. Afortunadamente, vive para contarlo. Ayer por la tarde fue trasladada a planta después de haber sufrido una herida sangrante tras el ataque en la zona del abdomen y varios cortes en otras partes del cuerpo que inicialmente requirieron su ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario Donostia.

La agresora, de 17 años, y el novio de esta, de 16, han sido puestos a disposición de la Fiscalía de Menores de la capital guipuzcoana, donde fueron trasladados después de permanecer en dependencias de la Ertzaintza.

SUCESO EN EL BARRIO DE EGIA

El Departamento vasco de Seguridad confirmó que el suceso ocurrió en torno a las 20.20 horas del lunes, en el interior de un domicilio del barrio donostiarra de Egia. Fueron momentos de especial actividad para la Ertzaintza puesto que a esa hora se registraban también incidentes en la Parte Vieja donostiarra, con la detención de dos personas tras una manifestación.

En Egia, la voz de alerta la dio un vecino. La Policía vasca -tras acudir a la vivienda- encontró a la víctima con una herida sangrante en la zona del abdomen y varios cortes en otras partes del cuerpo.

El Departamento de Seguridad informó de que las lesiones fueron infligidas con un cuchillo, sin concretar el lugar en el que los agentes practicaron los arrestos de los presuntos implicados en los hechos.

El alcalde de Donostia, Eneko Goia, eludió ayer opinar sobre estos hechos. "Siempre corresponde actuar con prudencia, en este caso más si cabe", debido a que los presuntos implicados son menores de edad y lo ocurrido puede considerarse "un episodio de violencia doméstica o filoparental".

Son situaciones que ocurren cada vez con mayor frecuencia. La Sociedad Española para el Estudio de la Violencia Filioparental (SEVIFIP) constata que el 3,2% de los adolescentes de entre 13 y 17 años admite que ha agredido físicamente a sus padres más de seis veces en el plazo de doce meses y el 14% lo ha hecho verbalmente. Las madres son víctimas en mayor medida que los padres, ya que están más implicadas en el cuidado de los hijos y los asuntos familiares.

"No es solo un problema de la familia, es social; no es una pandemia, pero va a más", a pesar de ser un asunto "tabú, silenciado", alertan técnicos de la Fiscalía de Menores, quienes señalan que los padres maltratados por hijos adolescentes tardan una media de 18 meses en denunciarlo judicialmente desde el primer momento de violencia.