beirut. El patriarca griego ortodoxo de Antioquía y Oriente, monseñor Ignacio IV Hazim, ha fallecido a los 91 años en el hospital de su comunidad en Beirut, en el que había sido ingresado tras sufrir un infarto cerebral, según informaron medios locales.

El religioso (cuyo nombre original era Habib Hazim) nació en 1921 en el pueblo sirio de Mhardey, cerca de Hama, en el seno de una familia ortodoxa árabe y estuvo vinculado con esta Iglesia desde una temprana edad y se convirtió en el 117º sucesor de San Pedro en el trono de Antioquía.

Era hijo de una piadosa familia ortodoxa que desde pequeño se sintió atraído por los servicios litúrgicos. Decidió estudiar en Beirut la carrera de Filosofía y estando allí ingresó al servicio de la Diócesis Ortodoxa local como colaborador del Santo Altar y luego fue ordenado al Diaconado. En 1945 partió a París donde estudió Teología en el Instituto de Saint Serge. Desde la época de sus estudios en Francia, el deseo que movió su corazón fue descubrir las fuentes de la fe, sacar la Ortodoxia de su gueto, descubrir en ella la Santa Tradición y dar respuestas vivas para los problemas de la vida moderna.

Al volver al Medio Oriente, fundó el Seminario Teológico de Balamand, en Líbano, en el cual sirvió por algunos años como Decano. Fue ordenado obispo en 1961 y Metropolitano de Lattakia en Siria en 1970.

El 2 de julio de 1979, bajo el nombre de Ignacio IV, se convirtió en el Patriarca Ortodoxo de Antioquía, el tercer rango jerárquico de la Iglesia Ortodoxa, después de los Patriarcas de Constantinopla y Alejandría. Después de su elección, el Patriarca dijo: "Conozco que seré juzgado si no llevo la Iglesia y a cada uno de vosotros en mi corazón. Me es imposible dirigirme a ustedes como si fuera diferente a ustedes. Ninguna diferencia nos separa, soy una parte integral vuestra; estoy en ustedes y les pido que estén en mí."

Como Patriarca, dio un nuevo dinamismo al Santo Sínodo, y exhortó a los obispos a que estén cerca del pueblo y que sean motivados por el desarrollo de la vida espiritual y organizativa de la Iglesia, separándola de las facciones políticas.