Bilbao. Casi un año después de ser visto con vida por última vez, la desaparición del miembro de ETA Jon Anza puede llegar hoy a una dramática conclusión. Y es que su cuerpo podría haber permanecido todo este tiempo en una morgue de Toulouse, la localidad a la que se dirigía cuando, el 18 de abril del año pasado, se despidió de su compañera en la estación de Baiona. Pese a que extraoficialmente se da por supuesto que el cadáver pertenece a Anza, la confirmación definitiva llegará hoy con la práctica de la autopsia y el cotejo del ADN. Así se lo anunció ayer la Policía francesa a los familiares del activista donostiarra, tal y como señaló el Movimiento pro Amnistía. Los allegados del desaparecido, que se trasladarán hoy a Toulouse para la identificación visual, no daban crédito ayer de la información y sus abogadas pidieron prudencia hasta que dispongan de todas las pruebas.
Esa supuesta confirmación dejará todavía abiertas numerosas incógnitas respecto a la desaparición de Jon Anza. Y es que el cadáver se encontraba en las cámaras mortuorias desde hace diez meses, prácticamente desde el día que desapareció su rastro. La supuesta cronología de los hechos, que salió a la luz pública en la tarde de ayer a través de France3, comienza el 29 de abril de 2009, once días después de que Anza cogiera el tren en Baiona. En un parque de Toulouse habría aparecido desorientado y en muy mal estado de salud tras haber sufrido un infarto. Miembros de los servicios médicos le habrían trasladado al hospital, donde falleció 13 días después, el 11 de mayo.
Fuentes del mundo de los refugiados explicaron a este periódico que el activista donostiarra, de 47 años, fue operado de un tumor cerebral y, como consecuencia de la intervención quirúrgica, sufría cierta "ceguera" y problemas de "falta de equilibrio". Pese a todo, ese día subió solo al tren con llegada a Toulouse a las 10.36 horas.
La gran incógnita es qué pasó en ese lapso de once días entre que se despidió de su mujer y fue encontrado en un banco de la vía pública. Un detalle resulta todavía más inquietante, y es que, en el momento de ser encontrado, Anza no llevaba documentación encima. Tan sólo portaba un billete de tren, de ida y vuelta, con fecha de salida el mismo día 18 de abril en Baiona. Todo ello siempre según la versión extraoficial de fuentes policiales.
La razón de este viaje es la principal incógnita que durante los meses de su desaparición ha alimentado especulaciones contrapuestas por parte de la izquierda abertzale tradicional, que apuntan a la "guerra sucia", y el Gobierno español, que acusa a ETA de eliminar al ex preso de la banda.
El 19 de mayo de 2009, apenas una semana después de la fecha que se baraja ahora en torno a su fallecimiento, ETA relató en un comunicado que Jon Anza tenía una cita con la dirección de la banda armada en Toulouse, pero que nunca llegó ni a esa cita ni a otras dos previstas para días siguientes. Según esta versión, Anza llevaba consigo una cantidad de dinero para entregar a la banda. El paradero de la misma también es desconocido.
campaña La razón de que haya pasado tanto tiempo sin que se haya identificado el supuesto cadáver de Anza también da pie a interpretaciones. El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu abrió el pasado 8 de febrero diligencias sobre su desaparición. En concreto, ordenó a las Fuerzas de Seguridad del Estado que emitieran un informe en el que se detallara el estado físico y mental en el que se encontraba cuando se perdió su pista, para esclarecer si pudo extraviarse y sufrir un accidente.
La izquierda abertzale oficial ha hecho causa del paradero de Jon Anza, con múltiples actos de protesta. El pasado día 1, el ex preso de ETA Iñaki de Juana Chaos acudió a declarar ante un tribunal norirlandés con una camiseta con el lema Non da Jon?.