Jon Rahm tuvo un agitado inicio en The CJ Cup, su primer torneo de la temporada en el PGA Tour. El de Barrika acabó con dos golpes por debajo del par, pero para llegar ahí estuvo en una montaña rusa de brillantez y desaciertos que al final le dejaron a cuatro golpes del liderato provisional que ocupaban los estadounidenses Trey Mullinax y Gary Woodland y con todas las posibilidades abiertas para los tres días que quedan de torneo en el Congaree Golf Club de Carolina del Sur porque en el primer día hubo mucha igualdad.

El cambio de los greenes de Europa a los greenes americanos, además en un campo que juega por primera vez, siempre cuesta y durante trece hoyos, pareció que Rahm recaía en sus problemas con el putt, además de que falló en algunas recuperaciones desde la arena que le complicaron la vuelta. Fue extraño que se le escaparan los tres pares 5 del campo que jugó sin poder robarles golpes. Además, jugó dos greenes a tres putts, una circunstancia que siempre molesta mucho a los jugadores porque supone perder golpes de forma innecesaria.

Con un bogey, su cuarto del día en el 13, se colocó con uno sobre par, pero su reacción fue excelente y enlazó tres birdies consecutivos entre el 14 y el 16 para meterse en el Top 20 del torneo. En ese momento, su juego sí fue canónico con excelentes salidas, hierros perfectos y putts de media distancia convertidos para revertir las estadísticas del día que, aún así, le llevaron a perder casi un golpe con el putt respecto a la media de los 78 jugadores.

No obstante, su juego de tee a green estuvo de nuevo a gran altura, con un 86% de calles cogidas y un 83% de greenes en regulación. De mantenerse con esta tónica, seguirán cayendo las oportunidades en The CJ Cup, una cita con una participación de mucho nivel a la que varios jugadores importantes llegan tras un parón de algunas semanas por lo que la irregularidad puede reflejarse en la clasificación.

Lo más interesante es la lucha entre Scottie Scheffler y Rory McIlroy por el número 1 del mundo con ventaja inicial para el norirlandés, último ganador de la FedEx Cup, que arrancó con cinco golpes bajo par.