ESMITIFICADO gurú: Pese a lo mal que ando de tiempo, me va usted a obligar a sacar un rato para echarme a los ojos la entrevista (o similar) que le concedió el otro día a Jordi Évole. Según leo y escucho, quedó como Cagancho en Almagro. El comentario general, incluso de quienes habían sido sus mayores aduladores, es que sus farfullas ante un periodista que simplemente lo dejó cocerse en su salsa provocaron a los espectadores una mezcla de vergüenza ajena y asombro. Se preguntan si de verdad el de la otra noche era el tipo todopoderoso al que no se le escapaba una. Los que habíamos tenido algún contacto previo a su endiosamiento sonreímos pensando en lo tarde que ha caído el personal en la cuenta de quién y qué es.