DESNORTADA ministra: Supongo que es consciente de que en estos siete días ha hecho un vertiginoso viaje plagado de patinazos que le ha llevado exactamente al punto de partida. Le sobraban las alforjas llenas de desconcierto y arrogancia. La tozuda realidad, prima hermana de la razón más básica, le ha obligado a claudicar. Decaído el estado de alarma, es cada comunidad la que tiene la potestad de dictaminar las normas -en este caso- sobre las condiciones de apertura de la hostelería. No hay presunta decisión colegiada que valga porque La Rioja, Asturias o Cantabria no pueden decidir la política sanitaria de la CAV o Nafarroa. Y tampoco a la inversa, faltaría más. Lo que no se entiende (o quizá sí) es a qué vino tanto empecinamiento para nada.