Cuando un arqueólogo trabaja en un yacimiento espera encontrar objetos, huesos, restos vegetales u otros vestigios que le proporcionen cierta información acerca de la historia del hombre.

Y en medio de la rutina, de vez en cuando salta una sorpresa. Es el caso del hallazgo producido el pasado 19 de mayo en Vindolanda, uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Gran Bretaña. Se encuentra en el condado británico de Northumberland y se le conoce como "la Pompeya inglesa". En su día fue un fuerte romano y desde él se vigilaba una parte del Muro de Adriano.

El sorprendente hallazgo consiste en una piedra de 40 centímetros de ancho y 15 cm de alto con un pene y un insulto tallados en ella. Los expertos cree que podría haber sido obra de un soldado romano para injuriar a un compañero, que nombra como "Secundinus", ya que el insulto "cacor" (abreviatura de "cacator") se traduce como "el cagador".

En este yacimiento, anteriormente, se han hecho hallazgos importantes como las tablillas de Vindolanda (consideradas en el momento de encontrarlas, en los años 70, los manuscritos más antiguos de Gran Bretaña?), un inodoro de madera de la época pre-adriánica o un tablero del siglo III de 'Ludus latrunculorum' o un juego de estrategia militar parecido al ajedrez que fue popular en todo el imperio romano.

Según publican las revistas Archaeology o Live Science, el director de la excavación, Andrew Birley, explicó que un falo se consideraba generalmente un amuleto de buena suerte o un símbolo de fertilidad por lo que no es extraño encontrarlo. De hecho, la nueva talla es el decimotercer falo descubierto en Vindolanda.

Sin embargo, en esta ocasión, al ir acompañado del insulto, podría no tener ese significado. La profundidad de la talla y el trabajo que se tuvo que tomar para hacerla da una idea del desprecio que el autor sentía hacia su camarada.

Colocar la piedra en algún lugar visible del fuerte habría sido una de las formas más efectivas de avergonzar a alguien en aquel momento. Según los expertos, esta talla es el equivalente romano de criticar a alguien en las redes sociales.

"No tengo ninguna duda de que Secundinus no se hubiera divertido al ver esto cuando deambulaba por el sitio hace más de 1.700 años", asegura Birley, según recogen las citadas revistas.