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La crisis de los 40 como oportunidad

En su tercer libro, el expresidente del Eibar da claves para la transformación personal y de organización en el siglo XXI

La crisis de los 40 como oportunidad

ECONOMISTA, directivo de empresas y profesor universitario, Alex Aranzabal Mínguez presidente de la SD Eibar de 2009 a 2016, cuando el club de fútbol logró la proeza de subir a Primera División, acaba de presentar su tercer libro Vivir dos veces (Editorial Conecta). En él, este eibartarra ofrece las claves para hacer frente a las transformaciones personales y organizativas en el siglo XXI.

Como punto de partida Aranzabal coge la espiritualidad y el liderazgo ignaciano de San Ignacio de Loyola, una figura inspiradora para él. Roto y hundido tras sufrir unas terribles heridas en combate, afrontó una honda transformación espiritual y constituyó una empresa religiosa como la Compañía de Jesús cuyo modelo de gestión ha permitido a los jesuitas alcanzar una proyección formidable durante cinco siglos. Y su pujanza continúa.

Tras concluir los estudios en la ikastola en Eibar, se trasladó a Bilbao para entrar en la Comercial de Deusto, una formación que le marcó tanto a nivel profesional como personal. “la forma de entender la vida, los hábitos, los valores y conductas de los jesuitas para mi tienen una gran vigencia en el siglo XXI”, explica con convencimiento a DEIA.

Considera que la vida es un proceso de cambio y de aprendizaje permanente y que a lo largo de la misma todos y todas nos enfrentamos a momentos claves en los que cuestionamos aquello que hemos hecho hasta entonces y en los que nuestras convicciones y certezas pueden tambalearse. “A la mitad de la vida, alrededor de los 40 años, la gente se suele plantear qué está haciendo con ella, si realmente vive como quiere o si le gustaría dar un giro radical a su existencia; suele ser un cambio organizativo y personal para vivir de otra manera”, subraya Aranzabal.

En su caso, tras concluir tan brillante etapa al frente del Eibar pasó a una profunda reflexión sobre la necesaria transformación de las personas y las organizaciones y sobre cómo llevar a cabo con éxito ese proceso. “Normalmente las personas tenemos la vida encauzada; estudiamos, empezamos a trabajar y en numerosas ocasiones las hacemos sin pensar demasiado, dejándonos llevar por nuestro entorno. Y en torno a los 40 es cuando empiezas a cuestionar las cosas que quieres en la vida”, recalca

A partir de la propia experiencia e inspirándose en la biografía, la espiritualidad y el liderazgo de Ignacio de Loyola fue ahondando en las ideas capitales ignacianas que había conocido y puesto en práctica a lo largo de sus estudios y desempeño profesional entre los jesuitas. Vivir dos veces ofrece las coordenadas claves para navegar con un rumbo definido en cualquier proceso transformacional. “Yo sigo siendo economista y vivo inmerso en el mundo de la empresa, pero de otra manera, con otra lectura y significado. Cuando le encuentras un sentido a tu trabajo y a las cosas que haces, vives de una forma más plena; en el libro hablo de la sabiduría de los jesuitas y de las herramientas que ofrecen para tomar decisiones. Como la famosa frase de San Ignacio: en tiempo de desolación, no hacer mudanzas”, apunta sonriente, mientras reconoce su fuerte conexión con los jesuitas. “Tengo grandes amigos como Ramón Gárate y Manu Barrenetxea con los que mantengo una relación muy estrecha”.

Para Aranzabal, en el viaje por descubrir el mejor modo de actuar, en lo personal y profesional, para lograr los objetivos fijados, hay que contar con un atisbo de conciencia, de autoconocimiento, de lucidez y también con algo de coraje, a fin de convertir las crisis en una buena oportunidad.