No es raro que muchos padres hagan esta pregunta en su primera visita al ortodoncista. Hay quienes consideran que el momento idóneo para una primera revisión es cuando hayan salido todos los dientes definitivos (excepto las muelas del juicio), que suele ser alrededor de los 12 o 13 años. Sin embargo, lo ideal es acudir mucho antes.
La Asociación Americana de Ortodoncia recomienda realizar la primera revisión cuando los niños todavía tienen dientes de leche, y nunca más tarde de los 7 años. Por otro lado, la Asociación Española de Ortodoncia aconseja realizar la primera visita a los 6 años.
Acudir al ortodoncista no significa que se vaya a empezar un tratamiento en ese momento concreto. Gracias a las revisiones cuando los niños todavía son pequeños se puede obtener mucha información que permitirá anticiparse a situaciones que más adelante serán más complicadas de resolver. El ortodoncista podrá diagnosticar un problema en caso de que lo haya y explicar si es necesario realizar un tratamiento. En caso de que si, dirá cuándo sería conveniente empezar y cuánto durará.
Otra de las preguntas frecuentes es “¿para qué vamos a tratarle ahora si todavía tiene dientes de leche?” La ortodoncia en niños pequeños se llama ortodoncia preventiva o interceptiva y, aunque muchas veces se mejora la estética, su finalidad es preparar la boca para el futuro. Estos tratamientos se realizan cuando todavía existen dientes temporales (de leche) en la boca y los huesos tienen crecimiento. Tenemos 20 dientes temporales, que son muy importantes y tienen varias funciones: sirven para mantener el espacio que luego ocuparán los dientes definitivos, ayudan al correcto desarrollo de la cara y permiten a los niños comer y hablar pronunciando bien.
Se sabe que muchos problemas de desarrollo de la boca son hereditarios, pero también hay otros que se generan a partir de hábitos como chuparse el dedo o usar el chupete durante mucho tiempo. La perdida prematura de dientes de leche y la mala higiene causante de problemas dentales también condicionan el desarrollo , etc.
La ortodoncia no solo consiste en poner brackets. Hay casos en los que hay que extraer algún diente de leche para que los que viene después puedan salir bien, modificar la forma de tragar de los niños para que apoyen la lengua correctamente y no contra los dientes, darle anchura al hueso etc. El hecho de actuar de forma temprana, cuando los huesos de la cara están en crecimiento nos permite moldearlos para que se desarrollen de manera adecuada.
La ventaja de hacerlo así es que más adelante, en la adolescencia, gracias a un buen control del crecimiento y de haber diagnosticado y tratado los problemas a tiempo, será mucho más fácil y menos costoso terminar el tratamiento de los dientes definitivos. Los dientes bien alineados y en su correcta posición permitirán una buena función y además, al estar rectos, se podrá mantener una buena higiene y salud oral. Además, de premio, gracias a una dentadura cuidada desde la infancia ¡se tendrá una preciosa sonrisa!
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