Unidos por la necesidad

CUENTA Koreeda Hirokazu que se lanzó a hacer su último largometraje cuando se enteró de que algunas familias seguían cobrando la pensión de sus padres después de que estos fallecieran. “Lo primero que me vino a la mente fue la frase: Solo nos unían los delitos”, apunta el cineasta japonés. Y a partir de ahí, bajo la intención de describir a una familia desde una perspectiva diferente a sus anteriores película, se lanzó a por Un asunto de familia, ganadora de la Palma de Oro en la última edición de Cannes, y que retrata cómo una familia está unida por un delito.

Una familia, eso sí, muy peculiar, ya que el filme comienza cuando Osamu y su hijo se encuentran a una niña en la calle después de haber cometido uno de sus habituales robos. Y si bien en un principio la mujer de Osamu no quiere que se quede con ellos, finalmente decide adoptarla. Es así cómo la familia logra sobrevivir con dificultades y gracias a robos, hasta que un día un imprevisto revela un secreto que pone a prueba los lazos que les unen.

En palabras de Koreeda, esta “es la historia de un hombre que quiere ser padre y también la de un niño que deja atrás la infancia”. Y aunque lo haga desde una familia atípica, cuya situación roza prácticamente la pobreza, reivindica que su intención no era limitarse a describir a una de esas familias castigadas que aparecen regularmente en las noticias locales: “No quise limitarme a describir a una familia pobre, ni siquiera a los estratos sociales más bajos, me gusta pensar que la familia acabó reuniéndose en esa casa para no desintegrarse: quería iluminar a una familia así, desde otra perspectiva”.

Una injusticia social plasmada en algunas escenas familiares que son “desgarradoras”, ya que según desvela el cineasta japonés, le resultó imposible no mostrar claramente su oposición hacia el contexto y ambiente retratado: “Quizá no me había pasado desde Nadie Sabe (2004), peor puedo afirmar que la emoción principal que sentía mientras hacía la película era la ira”.

punto de partida En cuanto a la forma de acercarse a los personajes y a la historia, desvela que si bien se trata de una historia realista, ha buscado describir, de alguna forma, “la poesía de los seres humanos”, como si se tratase de una fábula envuelta por una realidad poética. ¿Cómo? Desde la fotografía y la música: “Me di cuenta de que la fotografía y la música se acercaban mucho a la visión que tenía de la historia, soy un admirador de las partituras del Sr. Hosono desde hace tiempo y siempre había buscado la oportunidad de trabajar con él: su música ha sabido captar el lado fantástico de la historia”.

En cuanto a la fotografía, ha sido trabajo de Ryuto Kondo, “uno de los mejores directores de fotografía de la industria cinematográfica japonesa actual”, en palabras del director. Y su capacidad de “interpretar la historia y los personajes”, le han permitido dedicarse más a la dirección de actores, apunta.

Por último, Koreeda realiza un repaso a su filmografía para afirmar que desde Still Walking/Caminando (2008) se ha esforzado “en escarbar cada vez más profundamente en temas muy personales de los personajes”, hasta que rodó Después de la tormenta (2016). “Ahí decidí poner fin a esta búsqueda, tener una perspectiva muy reducida de la sociedad, una visión realmente minimalista... Casi podría decirse que he vuelto a mi punto de partida”.