A William Higinbotham le parecía que en una feria tenía que presentar algo que llamase la atención de los más jóvenes. Así que se las ingenió para conectar un osciloscopio de la Brookhaven National Laboratory a una computadora a modo de monitor y creó un sencillo juego en el que un puntito verde oscilaba de un lado a otro de la minúscula pantalla de fondo negro. Era un partido de tenis reducido a la mínima expresión. Aquel día de 1958 Higinbotham creó Tennis for two, el primer videojuego de la historia. No le dio importancia. No lo patentó. De haberlo hecho, podría haberse convertido en uno de los hombres más ricos del planeta.

Sesenta años después los videojuegos han cambiado. Son, prácticamente, simuladores de la realidad, pequeñas obras de arte cuya producción está a la altura de los grandes blockbuster del cine. Pero aún quedan románticos, jugadores que añoran y veneran los videojuegos creados entre los 60, 70 y 80. Y esa gente tiene su rinconcito en la Euskal Encounter. Mientras miles de jóvenes exprimen sus ordenadores a velocidades de vértigo para jugar a los juegos de moda, Josetxu Malanda mantiene la chispa en la RetroEuskal, donde se exponen consolas y ordenadores con más de veinte y treinta años. “Retro Acción es una asociación que nació en la edición de 2007” explica el getxotarra, “nació de un grupo de gente que veníamos a la Euskal Party (así se llamaba entonces la Euskal Encounter) y que nos gustaban los ordenadores de los años 80: Spectrum, Comodoro..”.

La Euskal Encounter fue haciéndose más grande y Malanda y sus compañeros pensaron que “era interesante enseñar estas máquinas para que la gente sepa cuál es el origen de todo lo que se usa aquí dentro”. Así que crearon la RetroEuskal como un pequeño evento dentro de la propia Euskal Encounter.

Los visitantes pueden ver todo tipo de consolas, clásicos de otro siglo. “La mayor parte de las consolas y ordenadores que tenemos llegan a nosotros a través de donaciones de la gente cuando vacía el trastero o hace mudanza”, explica Josetxu Malanda.

¿Y por qué están de moda estas máquinas vintage? “Creo que esta pasión por lo retro es por nostalgia”, analiza el experto, “cuando era pequeño jugaba con ellas y es lo que me ha marcado. Sigo jugando a videojuegos actuales, que los hay muy buenos, pero cuando era pequeño, los videojuegos fueron tan sorprendentes y tan importantes para mí que sigo enganchado a ellos”.

“Donde esté Super Mario que se quite Fortnite”, apunta el getxotarra, “lo cual no quita que no me guste jugar también a lo último. Un juego es un juego, da igual que sea con gafas de realidad virtual o que sea antiguo. Un juego te da entretenimiento y te transmite sensaciones. A mí el Super Mario me lleva treinta años en el pasado y me siento como cuando era adolescente”. ¡Ay, revivir la juventud! ¿Cómo resistirse a coger el mando?

En este mundo de ordenadores y consolas retro también existe un santo grial, una pieza codiciada: el primer ordenador Apple. “Se fabricaron cien unidades y era totalmente artesanal”, relata Malanda, “encontrar un original es imposible y muy caro”.

En ese rincón en el que se adoran tecnologías obsoletas es curioso observar las reacciones de los niños. “Al principio preguntan qué es esto”, describe el director de RetroEuskal, “la forma de controlar los videojuegos de hace treinta años era totalmente diferente. Lo de la Nintendo Wii, que trasladaba el movimiento de tu brazo al juego, no existía. Solo había una cruceta y dos botones. Es curioso ver cómo un niño coge un mando antiguo y, apretando los botones, va averiguando cómo se jugaba a base de prueba y error”.