lA moda es un ciclo de inspiración, una apuesta a futuro que se alimenta continuamente de la nostalgia. Y pocas casas lo saben mejor que Schiaparelli o Dior, en las que técnica, artesanía, arte e innovación se unen. Las clásicas maisons mostraron ayer en la Alta Costura parisina sus últimos resultados en la complicada tarea de poner el recuerdo ante una bola de cristal para ofrecer a los amantes de la tendencia lo que buscan.

Schiaparelli se valió del trabajo que su fundadora Elsa Schiaparelli, amante del arte y la arquitectura, realizó en 1938 en su colección Circus, al recuperar esa estética ligeramente infantil y surrealista. Desde su vuelta a la pasarela en 2013, 60 años después de su cierre, la firma se ha convertido en una apuesta segura para las celebrities que acudieron ayer al show en la Place Vendôme, donde están algunas de las mejores joyerías del mundo. La actriz Rossy de Palma, la it girl Olivia Palermo y la actriz Nathalie Dormer, de Juego de Tronos, estaban entre las invitadas. La maison propuso una silueta afilada, casi arquitectónica, que se tradujo en marcados hombros inspirados por una estética constructivista pero muy femenina, donde las transparencias, los drapeados y la fluidez captaron el protagonismo de los vestidos. Varios trajes tipo esmoquin sorprendieron a los invitados en una elegante propuesta de colores rosas, azul marino, negro o multicolor con geométricos estampados que transformaron la silueta de mujer. No faltaron los estampados de fantasía con dibujos estelares, arlequines, propios del circo, brocados de inspiración asiática, animales y los tradicionales ojos y labios que forma parte de la esencia de la firma, así como los famosos corazones con la flecha y el candado. Schiaparelli no olvidó el lujo y la artesanía, intrínseca a ese savoir faire que exige la Alta Costura, y se decantó por la seda lamé, los brocados y el terciopelo en los materiales. Y ya son cuatro las colecciones que el dúo a la cabeza del equipo de diseño de Christian Dior, Lucie Meyer y Serge Ruffieux, crea para la firma, que está sin director creativo desde que Raf Simons dejara el puesto en octubre. Podría ser el último. Los rumores sobre el posible nombramiento de Maria Grazia Chiuri, actualmente en Valentino, toman fuerza y, de confirmarse, la firma debería dar la noticia este mes, según Business of Fashion.

Para la Alta Costura otoño-invierno 2016/2017, Dior lanzó una apuesta segura: blanco y negro, los únicos colores que protagonizaron el desfile al que acudieron la cantante Céline Dion, la modelo Natalia Vodianova, la actriz Marion Cotillard y el cantante Johnny Hallyday, entre otros. Fue una elegante puesta en escena dentro del salón de Costura de la firma, en el número 30 de la avenue Montaigne de París, donde tuvo lugar el primer desfile de Dior en 1947, con el acompañamiento de un grupo de cuerda. La silueta New Look, que marcó no solo la historia de la firma, sino la propia vestimenta femenina en los años 50, volvió a ser interpretada por el equipo de Dior, en una versión elegante, sobria pero con cierto deje de romanticismo. La colección mantuvo la naturalidad decantándose por un sencillo medio recogido y un maquillaje suave con marcado eyeliner, aunque la propuesta en los zapatos confirmó esta elección por la simplicidad: ni un solo tacón, todas las modelos llevaron sandalias planas atadas al tobillo mediante lazada.